Ahora Decide remitía un comunicado este viernes denunciando la situación de la Sanidad Pública en Zamora. Un comunicado muy duro de la formación que explica lo siguiente:
Que estamos en tiempo de pandemia parece que nos hemos enterado todos menos los que nos tienen que dirigir en la estrategia, aquellos que desde Valladolid gestionan nuestros destinos.
Porque ir a donar sangre y encontrarte a unos profesionales sanitarios en medio de un aparcamiento, recogiendo muestras de un bicho que nos ha costado mucho dolor y mucha muerte, con un equipo de "juguete" da una idea de lo que le importan a los que tienen que cuidar a "los que nos cuidan" la dignidad de una profesión sanitaria que ahora mismo es la línea que muchas veces nos separa del desastre.
Nuestros sanitarios no son héroes, a pesar de los aplausos. No lo son. Son profesionales preparados y dispuestos a batirse el cobre por la salud de toda una sociedad, que los cuida y vitorea pero que ve cómo van cayendo porque en un aparcamiento en la calle, los que han decuidar a "quienes nos cuidan" instalan un chiringuito “pa ir tirando” y los visten con bolsas de plástico en lugar de equipos de protección.
Ni las mascarillas debidas tienen, que se han comprado otras no aptas para una labor que requiere de todo el cuidado, para que el bicho no se instale a sus anchas y nos mande a nuestros héroes al banquillo o a la UCI. Es penoso e indignante incluso.
A qué nivel iremos como sociedad si no somos capaces de entender que es de ley y de moral que a los nuestros, a "los que nos cuidan" estamos obligados a cuidarlos.
Y eso viene a ser, el exigir a los que han de proteger a nuestros héroes que lo hagan, que al final pagaremos todos un precio muy alto si seguimos tolerando, sin levantamos la voz. Tenemos que exigir que asuman la responsabilidad para la que fueron elegidos. Hasta aquí habremos de llegar.
Y ahora andamos en el tema de “desescalarnos” en varias fases. Vele ahí la cuestión que no llegamos ni a la 1.
Que la Junta de Castilla y León nos castiga después de alejarnos de los nuestros, de perder los medios de vida, los trabajos, y muchos, hasta un futuro para los suyos.
A nosotros, que hemos cumplido frente a años de recortes que han dejado nuestra Sanidad Pública incapaz de poder asumir un proceso tannecesario para que nuestra provincia no muera de pobreza.
A nosotros, que durante años se nos ha negado el pan y la sal y además nos han desmantelado una Atención Primaria que ahora mismo nos es tan necesaria como pilar sobre el que edificar una desescalada hacia el futuro. Un sistema sanitario que asuma los lógicos repuntes, controlados eso si, que han de producirse en ese camino hacia una convivencia que ha de ser hasta que nos llegue la vacuna.
¿Siempre hemos de ser nosotros, los de a pie, los culpables?
Esta vez no. Esta vez habrán de asumir las consecuencias los que llevan cuarenta años gestionando para el desastre, en una junta de Castilla y León que es de unos pocos, que no de todos. Ni de los que se visten con bolsas de plástico para entrar en una UCI ni de los que se compran las mascarillas para coger al bicho por los pelos en un aparcamiento cualquiera.