Los aditivos en los alimentos suelen ser algo que se mira mucho para su consumo. Muchos de ellos sanos no son y en Francia ya han decidido prohibir el llamado E-171, aquel que permite, por ejemplo, que la mayonesa no se vuelva amarilla.
Este cuenta con nanopartículas de dióxido de titanio, un material que se encuentra no solo en alimentos, sino también en dentríficos o, incluso, en la pintura de las paredes.
Pero más allá de ello, la decisión de Francia viene porque no está asegurado que no sea un problema sanitario para las personas tras diversos estudios. Y es que ensayos en ratones generaron en éstos lesiones precancerosas de intestino grueso y colon.
Otros estudios reflejan que estas nanopartículas podrían interactuar con bacterias en el intestino y conducir a desarrollar enfermedades en esta zona.
En España, sin embargo, no está prohibida aunque sí estudiada. Y es que la conclusión fue que estas no causaban daño al ADN y no incrementaban el riesgo de padecer cáncer por lo que consideran la medida francesa como "precipitada".