Habones de Sanabria, lenteja de Tierra de Campos, garbanzos de Fuentesaúco, quesos y embutidos de la provincia, conservas Anda de Toro; miel de Sayago, Aliste y Sanabria; cremas de pimiento de Benavente o castañas de Aliste o los conventuales dulces de las Dueñas de Cabañales convivían en el local con los vinos de la D.O Toro y D.O Arribes de numerosas bodegas zamoranas.
Ahora, en plena pandemia, llega la hora del cierre y un nuevo establecimiento se suma a la larga lista de los que no sobrevivieron este tiempo tan duro, en este caso por una jubilación sin relevo.
Se les echará de menos en la ciudad. Gracias por los más de 25 años de servicio a los zamoranos y a miles de visitantes como embajadores de todo lo bueno que produce esta tierra en el coqueto local de Ramos Carrión, donde ahora luce en rojo un cartel de ‘Se Vende’.
Como bien dicen en su mensaje de despedida, también colgado en la puerta: Nos seguimos viendo por Zamora!
Texto: Hostelería en Zamora
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