UGT achacó hoy la ausencia de conductores profesionales a las condiciones laborales “esclavas” del sector y a los salarios bajos, que rondan de media los 1.300 euros mensuales en Castilla y León pero que suponen viajes diarios de diez horas, “escasa” conciliación familiar y un inmovilismo por mejorar por parte de las empresas, que en su conjunto hacen “nada atractiva” la profesión.
“No hace falta conductores, como denuncia la patronal, sino que faltan trabajadores que quieran ser esclavos”, sentenció el responsable del Sector de Carreteras, Urbanos y Logística de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Castilla y León (FeSMC UGTCyL), Juan Antonio Martínez Salvadores, que analizó la situación por la que atraviesa el transporte de mercancías y de viajeros y las causas de la falta de conductores. En todo caso, negó que el sector pueda colapsar por esta cuestión.
En la actualidad, la Junta cifra en 94.000 los conductores con carné de vehículos pesados en la Comunidad, incluidos entre ellos los autónomos. UGT estima en alrededor de 25.000 aquellos que son asalariados, muchos de ellos en estos momentos en desempleo o trabajando en otro sector, “porque de momento no quieren saber nada del transporte por estas condiciones”. Y la patronal aseguró recientemente que son necesarios unos 15.000 en la Comunidad.
En este punto, Martínez culpó en parte a la patronal de esta situación, en una Comunidad con nueve convenios diferentes, uno por provincia, y puso como ejemplo el acuerdo que se está negociando en León, cuyo diálogo UGT ha dado por roto después de que la organización empresarial se negara a presentar su propuesta si antes no se retiraba la plataforma sindical, formada por 26 propuestas. “Esa es su forma de negociar. En lugar de intentar llegar a un acuerdo, imponen su parte. No quieren ni oír hablar de subida salarial y culpan de todo al Gobierno”, lamentó.
Además, tachó de “cierto cinismo” a las empresas, que ante la opinión pública admiten que es “necesario mejorar las condiciones laborales”, pero cuando se sientan a negociar “se transforman y no quieren saber nada”. Martínez explicó también que el salario medio oscila entre 1.800 y 2.000 euros, “una verdad a medias”, dado que en esa cantidad se incluyen las dietas de los camioneros, con lo que se queda en unos 1.300 euros de media en Castilla y León. “La patronal ha optado por una tarifa plana, como las operadoras telefónicas. Cobramos lo mismo por trabajar, da igual las horas y el trabajo”, denunció el representante sindical, quien añadió que no se contabiliza el tiempo dedicado a la carga y descarga de la mercancía o “noches sin descanso en la cabina del camión haciendo además de guardia de seguridad de la mercancía que se transporta”.
A día de hoy, el convenio marca un tope máximo de 90 horas cada dos semanas, lo que suponen 2.150 horas en un año de conducción. A estos se suman unas 20 horas semanales de “espera y presencia o de trabajo” durante la carga, con lo que se eleva hasta las 2.500 horas anuales. Esto quiere decir, denunció, que “muchas de las horas no se encuentran en el convenio y no se cotizan a la Seguridad Social”. “Cuando pedimos una jubilación digna, no tenemos años cotizados”, lamentó.
El carné “no es caro”
A juicio de Martínez, el carné de vehículo pesado “no es caro”, como remarca la patronal, pues tiene un coste de 3.100 euros, incluidos los cursos de capacitación. “El de maquinista de Renfe vale 24.000 euros y dura dos años. ¡Y hay cola para hacerlo! El problema no es el precio, son las condiciones laborales que tenemos, que no atraen”, exclamó. En este sentido, se mostró en contra de la ayuda de 100.000 euros otorgada por la Junta para fomentar la realización de estos cursos, pues permitirá que 42 personas obtengan este permiso de vehículo pesado, “cuando la patronal dice que faltan 15.000” “Solo solucionan el 0,2 por ciento del problema”, sostuvo el responsable sindical, quien abogó por dirigir esas partidas a “mejorar y adaptar las estaciones de servicio para el descanso del transportista y ayudar a mejorar las condiciones de los que ya están dentro”. “Con esta medida lo único que conseguirán será llevar a 42 personas a las autoescuelas, pero no querrán agarrarse a un volante cuando vean las condiciones”, sostuvo.
Por último, abundó en otro tipo de aspectos que “quitan el atractivo a la profesión”, como la “nula” conciliación familiar, con semanas en los que “el profesional está fuera de casa cinco o cinco días o hasta 15 si son viajes internacionales, que provocan que te pierdas momentos familiares importantes, e incluso el nacimiento de un hijo”. También, “problemas de salud” causados por depresiones, algo que justificó en “tener que vivir en un espacio de cuatro metros cuadrados, que empeora cuando son camiones frigoríficos”; e incluso cuando en un almacén “no descargan hasta el día siguiente aunque llegues en hora”.
Además, las empresas compiten con otras extranjeras que “llegan a España y se pasan la legislación laboral por el forro”. Y, por último, Martínez denunció la “deslocalización” que se produce dentro de la propia Comunidad, pues muchas empresas, por ejemplo, de Burgos, se trasladan a otras provincias donde las condiciones laborales son peores, lo que encima significa “competencia desleal”.