"Hay que dar respuesta a un cambio de percepción social que los médicos no podemos desdeñar, y esta necesidad se ve reflejada en los resultados de la encuesta, aunque hay que tener en cuenta la naturaleza de la pregunta, ya que es una encuesta de pregunta única, lo que hace difícil extrapolar una única conclusión de este resultado", ha comentado el coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética de la SEMI, Diego Real de Asúa.
El experto insiste en que, al final de la vida, el paciente debe "expresar su voluntad de forma reiterada, libre y competente". Además, considera que esta solicitud "debe siempre ser atendida por profesionales sanitarios bajo un contexto de previa relación entre el médico y el paciente".
Por otra parte, Diego Real de Asúa se muestra también a favor de impulsar los ciudados paliativos al final de la vida, que a su juicio debería ser "universales y de calidad para todos los pacientes". Sin embargo, recuerda que, pese a que se consiga una "mejor o excelente atención" en cuidados paliativos, habrá "un grupo de gente que continuará solicitando la eutanasia".
Para el doctor, reconocer que la regulación de la eutanasia y del suicidio asistido sin garantizar que los cuidados al final de la vida sean universales y de calidad "puede poner en riesgo a aquellas poblaciones vulnerables para las que se pretende legislar, pacientes en situación de enfermedad grave, incurable, progresiva, terminal, etc., al ofrecer una solución de último recurso sin verdaderamente agotar aquellos otros medios, como los cuidados paliativos, que podrían servir de ayuda a muchos solicitantes".