El trabajo ha analizado la importancia que la población da al cuidado de la salud mental y cómo ha afectado la situación de aislamiento social a su bienestar emocional. En este sentido, casi la mitad de los encuestados considera que el confinamiento ha sido muy duro a nivel emocional, pero tan solo un 3 por ciento afirma haber recurrido a algún profesional para abordar la situación, y un 10 por ciento declara arrepentirse por no haber hecho uso de esta ayuda.
Asimismo, el estudio ha evidenciado que el estado de alarma ha sido más duro emocionalmente para las mujeres, las personas jóvenes hasta 35 años, y aquellos que han necesitado ayuda psicológica en el pasado. También ha revelado que la preocupación por el bienestar emocional ha aumentado en la población.
Casi la mitad de los encuestados considera que la salud mental es igual de importante que la física, y dos de cada diez afirman que el bienestar emocional es incluso más importante que el físico. A pesar de ello, los mayores de 50 años continúan siendo el sector de la población más reticente a pedir ayuda psicológica.
"Es muy importante recordar que la salud mental es un factor de riesgo de otras enfermedades. Mucha gente descuida su estado de ánimo sin saber que puede afectar al resto de la salud. De hecho, no cuidar la salud mental puede provocar la aparición de otras enfermedades como las cardíacas, gastrointestinales, dermatológicas, etc. Y no solo eso, sino que no cuidar la salud mental también puede afectar a todas las áreas de nuestra vida, como por ejemplo al área profesional, familiar, al ocio o a nuestras relaciones interpersonales", ha explicado la psicóloga de Blua de Sanitas, Grecia de Jesús.
En este sentido, ocho de cada diez personas creen que la ayuda de un profesional es muy útil para la gestión del estrés y ansiedad, así como para la ayuda en la gestión de enfermedades de uno mismo o un familiar cercano. Sin embargo, seis de cada diez revelan que puede ser de ayuda para tratar temas familiares, como problemas de pareja, el crecimiento de niños o la superación de divorcios, entre otros.
Con respecto a los datos de visitas al psicólogo, en Sanitas y durante el estado de alarma las videoconsultas de psicología se han multiplicado por 13. Mientras que en abril de 2019 se registraban 369 consultas digitales en el mismo mes de este año se superaban las 4.900 videoconsultas.
La situación ha generado episodios de estrés y ansiedad derivados del miedo, la preocupación por los familiares y la imposibilidad de visitar a seres queridos. "Durante el estado de alarma las videoconsultas se han visto multiplicadas. Los temas más comunes eran derivados por la situación generada por el Covid-19 y el estado de alarma. Miedo, ansiedad, y preocupación por los familiares eran los temas más recurrentes entre los pacientes", ha zanjado la experta.