Más del 60% de las familias españolas gasta recurrentemente más de lo que ingresa, lo que les obliga a recurrir al endeudamiento de forma continua, especialmente para financiar la compra de vivienda. Así se recoge en un informe de la Fundación de Estudios Financieros y Fidelity, presentado en la Bolsa de Madrid.
El estudio revela también que saneamiento de la posición financiera de las familias se incrementa mucho después de los 35 años y realmente a partir de los 50. De hecho, antes no se aprecia preocupación por ahorrar más para afrontar una jubilación más larga. Por el contrario, se confía en la propia capacidad para generar en el futuro unas rentas más elevadas y un mayor ahorro, con vistas a disponer de recursos en la vejez.
Dicho documento revela además que los patrones de consumo y ahorro españoles muestran importantes peculiaridades respecto a países de su entorno. El análisis de los datos a lo largo del tiempo demuestra que, a escala global, la longevidad tiende a desplazar el gasto desde el ocio hacia inversiones a largo plazo. Dentro de esta tendencia general, España representa una singularidad en lo que respecta al capital humano, ya que es el país que menos gasta en educación, tanto pública como privada.
En lo que respecta al gasto sanitario, un capítulo en aumento cuando la población envejece, los hogares españoles con miembros de más de 60 años destacan por el fuerte incremento de esta partida.
El gasto en alimentos de primera necesidad, un capítulo que también tiende a crecer con la edad, no tiene reflejo en España, donde todos los grupos de edad registran una fuerte caída en la cantidad destinada a alimentos, bebidas y tabaco.