Un estudio internacional de Open Evidence, una spin-off de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), ha publicado los resultados finales de su análisis sobre los efectos de la COVID-19 en España, Italia y el Reino Unido. Tras una primera ola de resultados, publicada a finales de mayo y centrada en la salud mental, el informe final muestra datos socioeconómicos, expectativas de futuro y capacidades cognitivas de los ciudadanos.
Entre los principales resultados, la investigación revela que un 36 % de los españoles ha consumido sus ahorros durante un mes de confinamiento y que la mayoría tiene miedo y una visión negativa del futuro: el 92 % de los españoles teme una depresión económica, el 63 % espera que el año 2021 sea peor que el 2020 y, también, un 63 % tiene miedo de que haya restricciones permanentes de derechos y libertades.
El estudio, basado en la recopilación de diferentes datos de un mismo grupo de personas, de entre 18 y 75 años, de España, Italia y el Reino Unido, ha realizado tres olas consecutivas de encuestas. Para obtener la respuesta de las mismas 1.000 personas de cada país en cada ola, los investigadores contaron en la primera encuesta (del 24 de abril al 1 de mayo) con una muestra de 3.524 personas en España, 3.545 en Italia y 3.541 en el Reino Unido. La segunda encuesta (del 1 al 12 de mayo) tuvo una muestra de 1.663 personas en España, 1.659 en Italia y 1.599 en el Reino Unido. Y la tercera (del 9 al 20 de mayo), 1.023 personas en España, 1.039 en Italia y 1.148 en el Reino Unido. Ahora se publican los resultados de las dos últimas olas, junto con los de la primera, que ya se publicaron.
Los datos del estudio recogidos en la tercera ola revelan que la pandemia está alterando el comportamiento de la población. En el ámbito socioeconómico, además de que un 36 % de los españoles ha consumido sus ahorros durante un mes de confinamiento, un 41 % ha disminuido el consumo de productos culturales y el 58 % ha reducido su actividad de networking, clave para su carrera y sus futuras oportunidades laborales. En otros ámbitos, un 23 % de los encuestados ha informado tener un comportamiento de mayor riesgo, como sexo sin protección, menos adherencia a tratamientos médicos o consumo excesivo de alcohol y comida, y llevar una vida menos saludable.
Además, el cofundador de Open Evidence y profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC Francisco Lupiáñez añade que, mientras que el discurso dominante decía que la COVID-19 no hacía distinciones sociales, nuestra sociedad desigual ha hecho que algunos paguen un precio más alto que otros. «Las mujeres, en particular, han pagado más, porque han realizado una parte abrumadora del trabajo no remunerado. Otros grupos vulnerables son las personas que viven en espacios limitados y que tenían unos ahorros limitados», señala.
El miedo y el efecto peligroso de la incertidumbre
Invertir, comprar una casa, administrar o lanzar un negocio son acciones que exigen apostar por el futuro. ¿La sociedad está dispuesta a apostar en un proceso de desconfinamiento gradual? Para los investigadores, los signos no son nada alentadores. En España, según la tercera encuesta, el 63 % de los ciudadanos piensa que el año 2021 será peor que el 2020.
Según los datos obtenidos, el miedo invade la vida de los ciudadanos y los atrinchera en una sensación de temor en los tres países. En España, un 92 % de las personas espera una depresión económica, un 63 % teme que haya restricciones permanentes de derechos y libertades y un 91 % piensa que habrá un segundo brote de la enfermedad.
«Individualmente, el miedo está asociado al estrés y socava nuestra facultad de razonamiento, lo que nos puede llevar a cometer más errores», advierte Lupiáñez. «El confinamiento pone en riesgo la salud mental, reduce la capacidad para tomar decisiones racionales y crea un clima desalentador de expectativas pesimistas y temores generalizados», añade. Por eso, el investigador considera que debería reiniciarse el tejido social y reducir la incertidumbre para evitar elecciones y comportamientos equivocados. «Los gobiernos deben restaurar la confianza y la esperanza de la sociedad», afirma.
La salud mental, aún en riesgo
En la tercera encuesta, el estudio revela un impacto muy limitado del desconfinamiento gradual sobre la salud mental de los españoles. De hecho, todavía permanece en peligro. En comparación con la primera encuesta, incluso un 3 % más de personas se sintieron deprimidas o desesperadas por el futuro. Solo en algunos indicadores de salud mental hubo una leve mejoría, como por ejemplo en el hecho de que menos personas sintieron poco interés o placer al hacer cosas (67 %).