Los imponentes, coloridas e incluso graciosas figuras traídas de diferentes puntos de la provincia y la Comunidad, así como de la Comunidad de Madrid, Navarra, Zaragoza, Portugal o Pamplona se refugiaron en el Palacio de la Encarnación ante la fina lluvia que mojó el suelo de las céntricas calles de la ciudad. Desde las 12.00 horas, se han podido ver distintas figuras de gigantes y cabezudos.