La escuadra de David Movilla sigue con su marcha imperial y ya son diecisiete las victorias consecutivas que llevan los rojiblancos en este campeonato en el Grupo VIII de la Tercera División. La última la conseguida este sábado en Tordesillas y que es más meritoria que la gran mayoría de las conseguidas hasta ahora. El motivo, los elementos adversos con los que se encontraban ambos equipos.
El terreno de juego estaba blando, encharcado en muchas zonas, y el fuerte viento con rachas que superaban los setenta kilómetros por hora dificultaba un mundo poder hacer un partido decente. Los jugadores no podían jugar raseando porque el campo estaba rozando lo impracticable y tampoco por arriba porque las rachas de viento hacían que el balón fuera ingobernable. De esa forma, parecía claro que el choque estaba encaminado al cero a cero, salvo error de algún equipo.
La primera parte fue para el Tordesillas. Los locales gozaron de hasta tres llegadas con mucho peligro y las tres similares. Jugadas por banda en velocidad, pases atrás y remates tímidos que no terminaban en gol por muy poco. El Zamora estaba sobrepasado por ambos costado en defensa, mientras que en ataque era incapaz de elaborar una jugada con más de dos tres pases seguidos. Movilla mostraba su enfado desde el banquillo y lo mejor para el Zamora era el empate a cero al descanso.
El paso por vestuarios no ayudó mucho. De hecho, el Tordesillas salió mejor y dispuso de un penalti en los primeros compases del segundo acto. Raúl agarraba a un atacante rival cuando remontaba por enésima vez la línea de fondo y el colegiado no dudaba. Pero apareció Jon Villanueva. El arquero adivinó el penalti de Simón y con la ayuda del palo logró blocar la pena máxima. Esa parada despertó al Zamora. Además, la entrada de Dani Hernández al campo también resultó clave.
Precisamente en una doble pared entre el zamorano y Guille Perero surgió el primer tanto. Hernández cedió a Escudero y remató con la puntera abajo, imposible para Farolo. Pasaba ya el ecuador del segundo acto y el Zamora lograba lo más difícil, adelantarse en el primer remate entre palos. Minutos después, una rápida contra de Valentín acabó en una asistencia de Dani Hernández otra vez a Escudero, que solo tuvo que empujar a puerta vacía. 0-2 y partido cerrado para afrontar con tranquilidad los últimos minutos.
El Zamora se marcha al parón con 55 puntos de 57 posibles, con 17 victorias consecutivas y con once puntos de ventajas con respecto al segundo, el Burgos Promesas, aunque con un partido más. El próximo fin de semana, descanso; y a partir de ahí un mes de enero cargado de partidos claves ante Almazán, Segoviana (pendiente de fecha), Burgos Promesas o Mallorca en Copa, entre otros.