El Zamora sigue con su calvario. En una época tan semanasantera como la actual, el equipo rojiblanco quiso unirse al sufrimiento de Cristo y emuló una nueva etapa de una temporada que está desarrollándose de problema en problema. Y es que además de recibir el gol de la derrota en el minuto 92, después de haber merecido al menos un punto, los rojiblancos vieron como Dani Mateos se lesionaba en los primeros compases del partido y su dolencia en la rodilla podría ser grave.

Antes de ese gol, 92 minutos con muchas circunstancias que podrían haber llevado a cualquier equipo a ganar. Y es que para empezar, salía de inicio el Zamora con muchos cambios en el once inicial. Hasta cuatro teóricos titulares no aparecían de inicio. Con Arkaitz sancionado, Manu Gavilán lesionado y Salva Rivas y Carlos de la Nava fuera por decisión técnica, el equipo contaba con muchas caras nuevas con respecto a las últimas alineaciones dispuestas por Roberto Aguirre. Así, era el momento de comprobar si los Sergi Mut, Rodri, Cristian o Álvaro de la Iglesia aprovechaban su oportunidad.

Esa pequeña revolución en el once respondió durante la primera parte. Pese a ser un primer acto sin apenas ocasiones, fueron los zamoranos los que más cómodos se mostraron sobre el césped del Ruta de la Plata. Cristian estuvo pletórico en el centro del campo, recuperando balones y dando equilibrio a un equipo que se mostraba entero. Es cierto que faltaba el último pase y los zamoranos apenas gozaron de ocasiones de gol, pero el control era local. Por el contrario, al Compostela le costaba crear juego. Y es que esa, que es su principal virtud, fue perfectamente ahogada por un Zamora más intenso en la zona de medios. En ese primer acto, tan solo hubo dos ocasiones medianamente claras, una para cada equipo. La del Compostela para Araujo, que tiro a la media vuelta y detuvo bien Miguel; y la del Zamora para Álvaro de la Iglesia, que le pegó mordido al balón en una acción forzada delante del portero.

Tras eso, el descanso. Un paso por los vestuarios que reforzó a un Zamora que cuajó veinticinco minutos casi perfectos. Y fueron casi perfectos porque faltó el gol. A decir verdad, el gol también llegó, pero el colegiado anuló un tanto de cabeza de Cristian por supuesto fuera de juego. Una acción dudosa que nuevamente, como en muchas otras jornadas anteriores, tuvo al Zamora como perjudicado. Antes, un remate de cabeza de Cristian delante del portero demasiado alto, un disparo de Rodri que se encontraba con el larguero y dos lanzamientos de Mut ante el meta que se marchaban rozando el palo. Un póker de ocasiones claras que se saldaron con un gol anulado y con la sensación de que el Zamora estaba cerca del gol.

Pero a medida que pasaron los minutos, el cansancio de la presión y los nervios del tramo final de partido pesaron a un Zamora que se vio desbordado por el Compostela. Los cambios en el equipo visitante, con una plantilla más larga y con más recursos, generaron el efecto deseado, que fue avasallar a los rojiblancos. Parecía que el Zamora aguantaba bien las embestidas rivales hasta que en el minuto 92 el colegiado concedía un córner inexistente al Compostela. Y precisamente, de ese saque de esquina mal defendido en el primero y en el segundo palo, llegó el tanto gallego para dejar sin puntos a un Zamora que vuelve esta semana a los puestos de promoción a Tercera División, empatado con el descenso directo y a un punto de la permanencia.

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