No afrontaba el Zamora el duelo en las mejores condiciones posibles. A la situación deportiva, en la que los rojiblancos atraviesan un evidente bajón de resultados y de rendimiento, se le unía un proceso gripal que afectó a diez jugadores de la plantilla en el segundo tramo de la semana.
Coque, Garban y Mapisa ni siquiera podían acudir al estadio municipal Ruta de la Plata por tener un agudo cuadro febril. Además, jugadores como Juanan, Carlos Ramos y Valentín salían en el once pese a estar aquejados de esta gripe. Junto a ellos, también formaron el once Villanueva, Parra, Piña, Asiel, Raúl Álvarez, Vallejo, Dani Hernández y Perero. Entre los jugadores del banquillo, también Zotes y Sergio García tenían gripe.
Con ese escenario empezaba un duelo vital para los jugadores de Movilla, que no querían alcanzar la jornada de descanso perdiendo más puntos de ventaja con la Segoviana. El inicio de los zamoranos fue prometedor, con una salida buena en cuanto al juego, combinando acciones de juego directo, usando a Juanan en la media punta para peinar balones, con el juego más de toque, permutando Juanan con Carlos Ramos su posición a partir del minuto diez.
Así llegaron los primeros acercamientos de un Zamora que, pese a ese dominio, no generó ocasiones de gol. El paso de los minutos sentó mejor al Numancia B, que se fue creciendo al ver al Zamora flojear en varias facetas del juego, sobre todo en la recuperación y en la presencia en vanguardia. Los sorianos tuvieron dos ocasiones claras de gol, en sendos remates a bocajarro ante Jon Villanueva, pero el arquero vasco mostró su enorme talento bajo palos para detener ambos disparos que llevaban marchamo de gol.
Se llegaba al descanso con empate a cero y con la sensación de que el Zamora iba de más a menos, y el Numancia B de menos a más. Por tanto, un empate que no fue mal resultado para los de Movilla, que pudieron irse perdiendo al asueto. El paso por vestuarios dejó una mejor versión del Zamora, con algo más de presencia en la cancha. Tras cinco minutos de juego directo, los rojiblancos comenzaron a rasear el balón, a tener más posesión y a generar más llegadas a la meta rival. Eso sí, no terminaban en traducirse en ocasiones claras.
Movilla empezaba a mover el banquillo y el primer cambio era Sergio García por Ramos. El mediocampista se retiraba del campo con 39 de fiebre y dejaba sitio a otro jugador afectado por la gripe. No obstante, García no tuvo que esperar mucho tiempo para tener la primera en sus piernas. Se atravesaba la hora de duelo cuando un pase sublime de Vallejo dejaba solo a Sergio García ante el arquero. El ariete no dudó y cruzó el cuero ante la salida del meta para hacer el 1-0.
A partir de ahí llegaron los mejores minutos del Zamora, que metió al Numancia B en su campo y que pudo cerrar el duelo en algunas jugadas trenzadas que no terminaron en remates. Pero a medida que pasaban los minutos, y al no cerrar el marcador, el Numancia B se echó arriba sin nada que perder y metió al Zamora en su campo. El tramo final fue de un nivel de supervivencia alto para los rojiblancos, que tuvieron que echarse atrás para evitar dejar espacios.
Ebri tuvo la última, pero el balón se paseó por la línea de gol y el colegiado pitaba el final para alivio de un equipo y de una afición que vuelven a saborear las mieles del triunfo cinco jornadas después. Ahora, jornada de descanso con seis puntos de ventaja con respecto a la Segoviana.