Por eso, el Zamora intentará redondear una gran temporada en su estadio con una victoria. Un triunfo que le sirva para agradecer el apoyo de la afición este año, que le ponga en una posición preferente para ocupar uno de los puestos que permiten jugar la Copa del Rey el año que viene, y quién sabe si para tener opciones de fase de ascenso en la última jornada. Esto último dependerá de que el Racing de Ferrol no sea capaz de ganar al Burgos en tierras gallegas, y que Guijuelo y Avilés no pacten un empate que sirve a ambos.
Roberto Aguirre tendrá las bajas de Rodri, Esparza y Aarón Aguado. Este último, con unos problemas en la espalda que le están impidiendo rendir con normalidad en la parte final de este campeonato. Mientras, el Marino de Luanco llegará a Zamora apurando sus última opciones de entrar en la lucha por la Copa del Rey, toda vez que las tres derrotas sufridas en abril le han dejado sin opciones matemáticas de fase de ascenso.
En la ida, el Marino de Luanco venció al Zamora con un tanto de Garretas en propia meta, en un encuentro en el que los asturianos sobrepasaron a los rojiblancos con balones largos a la espalda de los laterales. Roberto Aguirre espera haber corregido ese fallo para no permitir a una peligrosa ofensiva rival anotar en el Ruta de la Plata.
El encuentro comenzará a las 18.00 horas y el club zamorano ha hecho un llamamiento a aficionados y a todos los clubes de la provincia para que acudan al duelo. El motivo, celebrar en el Ruta de la Plata una última jornada de una liga en la que el Zamora ha estado por encima de las expectativas creadas a comienzo de temporada.