De hecho, los doce tantos que lleva encajados hasta ahora la escuadra de la capital del Duero tan solo tienen un precedente peor en la última década, y fue hace dos temporadas cuando el equipo había tenido que sacar de su meta hasta trece balones. En aquella temporada, el Zamora estuvo todo el año vagando por las posiciones de descenso.
Ahora, el hecho de dejar la portería a cero y de llevar ya tres encuentros con un nivel defensivo relativamente aceptable, hace que el equipo se muestre esperanzado de que esa faceta está medianamente controlada. Más allá de que los rivales, por sus propias virtudes, puedan seguir haciendo goles a la escuadra rojiblanca.
Una vez controlada esa faceta, el Zamora está obligado a exponer algo más en ataque. Y es que hasta ahora los rojiblancos solo han logrado cinco goles en las seis primeras jornadas, igualando el peor registro de la última década. Nunca empezó con menos goles a favor el Zamora en los arranques ligueros de los diez últimos años. Además, de los cinco goles conseguidos, dos han sido de penalti y tres de espectaculares voleas, más propias del talento individual que del juego colectivo.
Es por este motivo que el siguiente paso que debe dar el Zamora es el de consolidar ese trabajo defensivo y sobre todo empezar a entornarse en la elaboración del juego en vanguardia. Y es que a día de hoy, el balance de siete goles negativos (cinco a favor y doce en contra) supone el dato más desalentador de la última década a estas alturas de temporada.
Los zamoranos descansarán este martes tras la suave sesión del lunes y volverán el miércoles en doble sesión para empezar a preparar el choque ante el Lealtad que se disputará el domingo a las 18.00 horas en el Ruta de la Plata.