“Bien, pero… “ en esas dos palabras se puede resumir el sentimiento del Zamora después de empatar ante Unionistas. Es un punto, se suma y eso siempre es positivo, pero en vez de uno, pudieron ser tres los puntos sumados. El sabor agridulce y las opiniones dispares. La grada rojiblanca abandonó el Reina Sofía con la sensación de que eran merecedores de la victoria y este es un guion que se ha repetido a lo largo de la presente temporada en la que el Zamora se ha quedado a medias y no pudo culminar la faena.
Ocurrió ante Unionistas. Kike Márquez hizo explotar de júbilo a los cerca de 600 aficionados rojiblancos. Se iban consumiendo los minutos y ya se estaba pensando en a cuánto se distanciaba del equipo de la zona de descenso hasta que llegó el minuto 86 y Rastrojo abofeteó.
Pero este guion, de cierta manera, se repitió ante la Ponferradina. El Zamora igualó después de ir 2-0 abajo y Guille Macho tuvo una clarísima que pudo decantar la balanza. El agridulce, de nuevo. También ocurrió ante la Gimnástica Segoviana, si bien en estos tres partidos los guiones del partido han sido diferentes. El Zamora se adelantó por mediación de Tresaco, pero Berlanga apagó la ilusión. Cuando pasan unos días es sencillo analizar y poner solución a ese error defensivo, pero el fútbol es así de caprichoso.