Llegaba el Zamora al estadio de Riazor con las ausencias por lesión de Xisco Campos, Magunagoitia y Javi Navas, además de la baja por sanción de Cordero. Tampoco se subió al autobús Dani Hernández, que no entró en convocatoria. Antes del choque se desveló la incógnita del once inicial y Movilla apostó por cinco defensas, con Parra, Garay, Piña, Espejo y Jon Rojo. Por delante, Juanan y Carlos Ramos eran los encargados de sostener al equipo en la medular, escoltados en los flancos por Kepa y Jorge Fernández. Arriba, por primera vez este curso, un único punta, el ex deportivista Mario Losada.
En la primera parte se vio al Zamora más sólido de la temporada, interpretando muy bien el esquema de Movilla, muy seguro en la línea defensiva y tapando todas las vías de acción de un Deportivo de la Coruña que lo intentó filtrando balones por dentro y también abriendo el campo por los costados con Héctor y Víctor García. Pero el Zamora apenas recibía ocasiones de gol, siendo el Zamora más ‘bloque’ del curso.
Los rojiblancos hicieron un despliegue físico brutal, tapando pases, corriendo de banda a banda y anticipando bien cada vez que el Deportivo llegaba a zona de peligro. Esos robos en anticipación le daban la opción al Zamora de montar contras, aunque con muchos metros que recorrer. Pese a ello, Losada, Kepa y Jorge lograban retener la pelota en varias acciones, llevando el cuero a bandas y también exigiendo un esfuerzo en repliegue defensivo al conjunto local.
Juanan tuvo la más clara del Zamora con empate a cero. Un centro lateral fue rematado por el ‘8’ del Zamora y su testarazo se marchaba rozando la escuadra. Antes, Kepa había intentado un disparo cruzado, pero su tiro fue taponado por un defensor en el último instante. Al Deportivo le costaba y no fue hasta pasado el ecuador del primer acto cuando empezó a generar alguna llegada de peligro. Coincidieron además las buenas acciones del Deportivo con la facilidad con la que el colegiado mostraba amarillas a los jugadores del Zamora. A los treinta minutos, Carlos Ramos, Juanan y Garay ya tenían amarillas en acciones muy discutibles.
Las tres más claras del Depor fueron en esa segunda parte del primer acto. Doncel se encontraba con el palo en un disparo cruzado, mientras que dos tiros de Quiles y Bergantiños se iban fuera en posiciones de disparo muy peligrosas. Se llegaba al descanso con empate a cero pero con la sensación de que al Zamora se le estaba haciendo un poco largo el primer tiempo, principalmente por las amarillas de los dos hombres de contención, Ramos y Juanan, lo que les impedía estar tan intensos en la presión como en los compases iniciales.
Iniciaba la segunda parte sin cambios en el Zamora pero con la salida de William en el ataque del Deportivo de la Coruña. Los rojiblancos sufrieron de inicio ante las imprecisiones defensivas, algo de falta de contundencia atrás y también el primer apretón de un Deportivo de la Coruña que espoleado por su público trataba de dinamitar la ordenada defensa ideada por Movilla.
Los minutos pasaban, el gol local no llegaba y el Zamora empezaba a trenzar algunas contras que sin terminar en ocasiones claras de gol al menos daban la sensación de que podía cazar alguna opción. El escenario era el que buscaba al Zamora, de llegar a los últimos quince minutos con ese empate y empezar a encontrar espacios ante el Depor volcado. Y justo cuando Movilla hacía el último doble cambio para tener más presencia en las contras, con jugadores más frescos, el Deportivo aprovechaba un desajuste defensivo en la banda zurda de la defensa rojiblanca. Apertura a la derecha, pase de la muerte atrás y remate de William lejos del alcance de Villanueva.
Hasta esa ocasión, el Zamora había concedido ocasiones pero en esos últimos veinte minutos los rojiblancos tuvieron que irse arriba y Villanueva evitó alguna diana más del conjunto local. Por su parte, los rojiblancos buscaron el empate, más con corazón que con cabeza, y los balones colgados acaban en jugadas embarulladas sin concretar. Curiosamente, una de las más claras, un disparo de Astray desde la frontal del área, la taponaba su propio compañero, Luque, para esfumar el peligro.
Al final una derrota, que aunque aderezada por mejores sensaciones que otros días, deja a los rojiblancos penúltimos a la espera de recibir el próximo viernes a otro de los ‘cocos’, el Badajoz. Además, al margen de la derrota, otra mala noticia fueron las lesiones musculares de Parra y Espejo, además de la quinta cartulina amarilla que vio Carlos Ramos y que le impedirá estar el próximo fin de semana.