No le están saliendo las cosas al Zamora CF. Cuando parece que los rojiblancos se acercan a la victoria, reciben un nuevo sopapo. Cuatro jornadas y tan solo un punto cosechado fruto de un empate sufrido ante el Bilbao Athletic. Tres derrotas (Osasuna Promesas, Tarazona y Cultural Leonesa) y el mencionado empate, hace que los rojiblancos sean colistas del Grupo 1 de la Primera RFEF.
En el seno rojiblanco se está despertando impotencia y frustración. El Zamora CF es un conjunto que de medio campo para arriba tiene pólvora y veneno para dañar a sus rivales, pero la pistola está encasquillada. Roni no se ha estrenado como goleador y aún no se ha visto la mejor de un Kike Márquez que debe ser diferencial. Ante la Cultural y Deportiva Leonesa, parecía que los rojiblancos habían pulido sus errores defensivos. Se mostraron más serios y seguros, pero se quedaron pálidos cuando Luis Chacón se sacó un remate acrobático para decantar el partido a favor de los culturalistas.
El domingo no se vio esa versión del Zamora que acumula ocasiones y finaliza sus acciones ofensivas. Los rojiblancos se acercaron, pero se vieron incapaces de concretar sus llegadas. La afición rojiblanca sufre y es por ello que exige la victoria a los suyos. Caer a la última posición y sumar tan solo un punto de 12 posibles ha provocado que se alce la voz para exigir un cambio de dinámica cuanto antes. En la mente de los aficionados está el curso 2021-2022 cuando el Zamora arrancó mal la temporada, con cuatro derrotas consecutivas en las primeras diez jornadas. Una situación que condicionó el transcurso de la temporada y lograr la permanencia se trataba de un milagro.
La primera victoria del curso 1991/1991 llegó en la jornada 7
El Zamora CF de la actual campaña ha igualado el peor arranque liguero en los últimos 33 años. Hay que remontarse al curso 1991/1992 para ver un peor arranque. Aquella temporada, el Zamora, que competía en Tercera División, estaba liderado por el asturiano Luis Alfredo Puente. Los rojiblancos sufrieron problemas económicos, por lo que se apostó por la cantera y exjugadores de otras épocas del Club para afrontar la temporada. Las primeras jornadas no pudieron ir peor, con solo un empate en las seis primeras jornadas o, mejor dicho, se sumó solo un punto de 18 posibles.
En la jornada inaugural se cayó contra el Atlético Burgalés (3-2). En el estreno en casa, los rojiblancos se vieron superados por el CD Venta de Baños (1-2). La jornada siguiente, el Atlético Bembibre se dio un festín (4-0) y el primer punto vino en la jornada 4 contra el Almazán (2-2). Luego se tuvo que lidiar con las derrotas contra el Hullera Vasco-Leonesa (2-0) y el Atlético Astorga (0-1)
Esta situación hizo que la junta directiva hiciera un esfuerzo para poder fichar y así reforzar un equipo que languidecía y era incapaz de sumar resultados positivos. Llegaron los asturianos Víctor Ferreras, Toño Ruiz, Rendón, Pedraza y Borja, junto a los zamoranos Javi, José Luis y Eguileor.
La primera victoria llegó en la jornada 7 cuando los rojiblancos se impusieron a la Gimnástica Segoviana por la mínima (0-1). Y como un Ave Fénix, el Zamora resurgió de sus cenizas. Llegaba la jornada 13 y los rojiblancos encadenaron una racha espectacular con ocho triunfos consecutivos. Fue tanta la mejoría y el crecimiento que experimentó el equipo que comenzó a escalar posiciones hasta plantarse entre los ocho mejores equipos de Tercera División.
Los rojiblancos no volverían a encadenar más de cuatro jornadas sin ganar. Se vio un equipo diferente, más motivado y ambicioso. Tanto es así que el Zamora se clasificó en 4ª posición que le daba el pase a la fase de ascenso a 2ªB. El Celta Turista fue el rival en la fase de ascenso. En el partido de ida se hincó la rodilla por 1-0, mientras que en el partido de vuelta se soñó con una remontada histórica. Los rojiblancos anotaron dos goles que hicieron que el Zamora estuviera virtualmente en 2ª, pero en el minuto 92, Oliveira dilapidó la alegría al anotar el 2-1 que dio el ascenso al filial celeste en el Estadio de La Vaguada.
Pese a que aquella temporada comenzó mal, con una racha de seis jornadas sin ganar, el futuro aguardaba al Zamora poder disputar la fase de ascenso a 2ªB.
El actual Zamora de Juan Sabas tiene la oportunidad de dar la vuelta a la tortilla, de frenar esa inercia negativa y enorgullecer a los aficionados rojiblancos que no pierden la esperanza de disfrutar de una temporada en una categoría superior después de un año anterior en el que se sufrió fuera y dentro del campo. El sábado 21 de septiembre, los rojiblancos tienen una nueva bala en la recamara para llevarse los tres puntos. Una victoria es vital para la moral de un equipo frustrado por la falta de gol.