El Zamora CF sueña despierto y duerme en puestos de play-off

Excelso encuentro de los rojiblancos con goles de Clavería y Lucero y un brillante trabajo defensivo

Zamora CF-Lugo
Zamora CF-Lugo

“Dormir en el cielo o en el infierno”. Una frase que lo indica todo. Dormir en puestos de ‘play-off’ o caer en las arenas movedizas del descenso. Va a dormir muy bien el Zamora hoy, tan bien que no quiere despertarse del sueño o quizás si porque su partido ante el Lugo ha sido una declaración de intenciones a los espectadores. Pese a que haya algún pequeño disgusto, este equipo está confeccionado para dar alegrías. 2-0 contra un Lugo que hace dos suspiros estaba en Segunda División.

Los partes médicos que cada semana envían al Zamora es como un cartero que llama al telefonillo para entregar una carta certificada, el temor siempre está por si es una multa. Juan Sabas tuvo que hacer frente a las bajas de Campabadal, Roni y Tresaco. Si no era suficiente, la defensa se quedaba coja con la ausencia de José Carlos por acumulación de tarjetas. En su lugar entró Carlos Gutiérrez, quien no era titular desde la jornada 4. Parece que fue hace décadas aquel partido en el que los rojiblancos cayeron por la mínima ante la Cultural y Deportiva Leonesa. La alegría la dio Dani Hernández. El capi regresó a una convocatoria meses y después de tantas malas noticias en forma de lesión, el regreso del zamorano siempre es buena noticia.

No se enredó más el técnico madrileño, con la única novedad de Gutiérrez en el eje de la zaga, el Zamora saltó al verde con esa intensidad que no se negocia. Eso sí, García Riesgo, el colegiado de ajusticiar tardó tres minutos en sacar la tarjeta amarilla a Julen Castañeda por un pisotón por detrás a Yayo, muy temprano llegó el castigo. El Lugo, con el exrojiblanco Guille Perero en sus filas, dio el primer susto con un disparo de Raúl que taponó la defensa local.

Nieto respondió con un remate que peinó con la testa y el Zamora comenzó a hacerse con las riendas del partido. Kike Márquez se erigió como faro para comandar las ofensivas, todo lo que toca el andaluz lo convierte en oro. Y si las acciones a balón parado habían condenado a los rojiblancos en esta temporada, fue una situación a balón parado la que dio el primer gol. Carlos Ramos sacó el córner raso, el balón le llegó a Kike Marquez, quien no acertó en pegar con fuerza y el remate le cayó a Clavería. El mediocentro, con un sutil taconazo, introdujo el balón en las redes. Minuto 20 y el Zamora ya había mordido.

Pero el Lugo se repuso rápido del golpe. No estaba noqueado, ni mucho menos, se levantó de la lona con entereza y empujó en busca del empate. Fueron momentos de tensión en los que el Lugo no quiso perder tiempo para la igualada. Los saques de esquina a favor de los gallegos se multiplicaron y el Zamora impuso su altura para despejar el peligro. Y fueron en esos minutos en los que más sufrieron los locales cuando llegó el 2-0. Lavin no se entendió con el defensa y Guille Macho, atentó, cogió el balón, levantó la mirada y puso un centro con destino al área pequeña, donde se encontraba Lucero. Otro picotazo letal. Con ese botín, el Zamora no renunció a la presión. Fermín salió del área para controlar con el pecho y enviar balones largos a Pito Camacho, Jon Cobo estuvo cerca de marcar y Fermín volvió a escena con una estirada felina para despejar otro balón peligroso.

El regreso al verde puso en liza un Lugo más dominador con la pelota, pero el Zamora tuvo claro el plan a ejecutar. Excelente Rufo Lucero en ataque para rebañar la pelota como en defensa para frenar las embestdias. Kike Márquez siguió marcando la diferencia, siempre inteligente en los movimientos con fiereza de cara a portería rival. Los banquillos registraron sus primeros movimientos. Sabas dio entrada a Gorjón en detrimento de un Castañeda que jugó condicionado por la amarilla de los compases iniciales, mientras que Lolo Escobar realizó un doble cambio apostando por Ceberio y Vaquero.

Parecía que el Lugo tiene gasolina infinita, no acusó el pasó de los minutos y aprovechó para marcharse en velocidad por las bandas. Providencial estuvo Nieto para cerrar su costado. El Zamora estuvo de diez, todo el equipo se formó en bloque para aguantar el empuje de un Lugo que tuvo hasta tres ocasiones consecutivas para recortar distancias. Daba gusto ver al Zamora, todos los jugadores sumaron. El incombustible Guille Macho ayudó en defensa y no dejó de pedir la pelota. El Lugo acampó por momentos en campo rival, movió la pelota y escaseó de ideas. Lizancos reclamó penalti, pero se acabó llevando una amarilla. El reloj marcaba el minuto 80 y de nuevo cambios. Mancebo y Luis Rivas al verde para oxigenar a los rojiblancos.

No cesó la insistencia del Lugo. Carlos Gutiérrez no paró a Ochoa y el jugador se adentró en el área y cedió la pelota a Ceberio, pero Bolo se tiró con todo. Cinco minutos de suspense. Un añadido al que los rojiblancos encararon con la misma entereza, compromiso y solidez que el resto del encuentro, el botín ya estaba en el bolsillo. Tuvo tiempo Fermín de atajar el cabezazo de Ceberio. Impecable el Zamora, aplaudir de pie se queda corto. Partidos de esos que refuerzan y certifican el buen momento que vive el equipo. Puño en alto de Juan Sabas mirando a la grada celebrando tres puntos que hacen subir al Zamora a quinta posición, en puestos de play-off.

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