Sin acierto, sin recursos y hostigado por la defensa de un rival que gana por fe cuando carece de baloncesto, el CD Zamarat capituló en el último cuarto en el Andrés Estrada. Las naranjas dieron una imagen más que aceptable en cuanto a la actitud se refiere; quisieron ganar, aplicaron un plan trazado para ello y perdieron a pesar de que la parte más complicada de la estrategia salió a la perfección: la defensa fue impecable. El problema es que el ataque rozó lo infame.

Aun así, el Zamarat estuvo vivo hasta los compases finales, cuando acumuló pérdidas y agotó posesiones; extenuado e incapaz de ver el aro, con o sin ventajas. Entre Asurmendi, Elonu y María Pina terminaron de enterrar las opciones naranjas. En esta ocasión, concienciadas de la necesidad de ser un equipo duro, como explicó Ylenia Manzanares después de la derrota ante Gernika, las zamoranas se fueron a la lona porque el Conquero no entregó nunca la llave de su cerrojo y mantuvo con garra la virginidad del Andrés Estrada.

El partido fue, por tanto, un duelo defensivo y feo hasta el punto de ser doloroso para la vista. Sólo el primer cuarto tuvo salsa. La puso primero el Zamarat, que pilló frío a su rival y tomó la primera ventaja (6-13). Como es costumbre, las naranjas tuvieron una puesta en escena de categoría, pero el Conquero no tardó en entonarse. Las onubenses equilibraron la contienda en el tramo final del primer acto y Asurmendi coronó la remontada con dos triples consecutivos para colocar el 25-18 con el que se cerró el parcial.

La base navarra abrió una vía de agua, pero Lucas Fernández la cerró en el minuto y medio que pasó entre cuarto y cuarto. El Zamarat selló su aro, pero no aprovechó para perforar el rival con la regularidad necesaria para abrir brecha. Para cuando el Conquero quiso volver a introducir un balón en la canasta, ya habían pasado más de cinco minutos del segundo cuarto, pero las naranjas sólo llevaban un punto de ventaja (25-26). 

A partir de entonces, comenzó una guerra en las trincheras, plagada de lucha física, batallas tácticas y cuidado extremo de la defensa que terminó con un ilustrativo parcial de 15-18 entre el segundo y el tercer cuarto. Fogonazos de Asurmendi y Elonu mantenían por delante a Conquero ante un Zamarat que vivía de canastas obtenidas con un esfuerzo desgarrador y del acierto de Caroline Durbin, que terminó con 17 puntos en su mejor actuación en España.

El último cuarto no distó mucho de los dos anteriores, pero contó con ciertos matices que decantaron el choque del lado de las locales. El Zamarat fue menos eficiente aún en ataque y perdió balones que facilitaron canastas fáciles de su rival que, por otra parte, aumentó la presión y fue voraz cuando olió sangre. Cuando la diferencia superó los seis puntos, dejó de haber partido. El sábado, ante el Campus Promete, las naranjas afrontarán un duelo vital para evitar apuros esta temporada.

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