Fue un campus atípico, en el que se vieron reducidas las plazas ofertadas: 18 por semana, por la situación sanitaria existente, con muchas adaptaciones, cumpliendo con el protocolo del Covid. No obstante, a tenor de las reflexiones de unos y otros, fue un campus necesario tanto para los participantes como para los padres, para poder desconectar de la situación, volviendo a relacionarse entre ellos jugando al fútbol.
Los viernes era el día del juego del Fortnite por los alrededores del campo, y juegos de cultura deportiva por equipos, además del torneo de precisión, 2x2 y penaltis. El resto de la semana estaba organizado con una puesta en común del virus y medidas de cómo combatirlo, calentamiento lúdico-técnico, tecnificación individual, trabajo táctico colectivo y espacios reducidos. Cada día se adaptaba un deporte o juego al fútbol, como fueron el Beisbol, Rugby, Batalla Royal...
“Se ha demostrado que se puede trabajar ofreciendo garantías y seguridad a todos, pero esperamos que el año que viene podamos volver a la normalidad. Estar todos los monitores, almorzar todos juntos, tener visitas cada día, ofrecer más plazas al campus, el día del agua…”, explican desde la organización.
Por último, los organizadores agregan: “No nos olvidamos de los patrocinadores que año tras año han estado siempre y este año quisimos tener el detalle de sacarlos en cartelería aportando nuestra ayuda y publicidad gratuita”.