No fue tranquila la vuelta del fútbol de formación este pasado domingo en la capital zamorana. En una jornada en la que la lluvia fue gran protagonista, los clubes vivieron un día con luces y sombras. Las luces, como es lógico, fueron la ilusión de los niños y niñas de reencontrarse con la competición y con el regreso a su pasión: el disfrute dentro del campo de fútbol. Las sombras, todo lo derivado de la gestión del Ayuntamiento de Zamora.
Zamora24horas ya se hacía eco este pasado sábado, a primera hora, del primer problema surgido, que fue la prohibición del acceso de público al recinto deportivo. Pese a la relajación de la normativa Covid, el Ayuntamiento de Zamora se negó a abrir las instalaciones a los familiares de los jóvenes jugadores al no comprometerse los clubes a contar con un vigilante por club para supervisar el comportamiento de su afición. Una figura que desde las entidades deportivas zamoranas censuran, ya que consideran que no está recogida en la nueva normativa que flexibiliza las medidas sanitarias y que, en todo caso, se trata de una labor propia de los agentes de la autoridad y no de los clubes.
Pero las quejas de los clubes no solamente se refieren a esa prohibición del Ayuntamiento de Zamora de evitar la entrada de público a las instalaciones. Una prohibición que no se ha dado en ninguna otra localidad de la provincia en el inicio de las competiciones. Las quejas también llegaban por la ausencia de vestuarios.
Hay que recordar que hace cinco meses se quemaron los vestuarios existentes y que la instalación de unos vestuarios portátiles se produjo casi un mes y medio después del incendio. Los clubes se quejan de que esos vestuarios portátiles están destinados a los árbitros y únicamente a unos equipos concretos. Una situación que califican de insostenible. “En cinco meses no han sido capaces de empezar a arreglar los vestuarios y en los portátiles no se puede cambiar todo el mundo que juega”, lamentan desde los clubes, que lamentan el “pasotismo” del área de Deportes con un asunto que afecta de forma directa o indirecta a miles de personas entre deportistas y familiares. Unas quejas que también se extienden a una iluminación que catalogan como “muy deficiente”, también afectada por el incendio hace casi medio año y con todo el verano de por medio, en donde no ha existido competición.
Por todo ello: prohibición de dejar entrar a los familiares pese a la situación controlada del coronavirus que ha permitido suprimir los aforos, ausencia de vestuarios que impiden un desarrollo digno en el pre partido y en el post partido y una iluminación antediluviana, los clubes mostraban su disconformidad en la jornada del sábado. Una disconformidad que estuvo a punto incluso de llevar a suspenderse el partido de juveniles entre el Sporting de Zamora y La Amistad 2.000. Los dos equipos pretendían no jugar en señal de protesta por la gestión del área de Deportes del Ayuntamiento de Zamora. Pero finalmente, la forma de mostrar esa rebelión fue una sentada durante un minuto antes del comienzo del choque. Una imagen que ilustra perfectamente el enfado que hay entre los clubes de la provincia con la gestión del Consistorio de la capital.