Que el Zamora es segundo en la tabla a tres puntos del liderato y que no depende de sí mismo para ser campeón es un hecho irrefutable. Igualmente lo es que el Zamora solo ha ganado un encuentro de los últimos cinco disputados. Esos números han hecho despertar dudas en un sector de la afición, que no tiene claro que el rendimiento del equipo de David Movilla sea el adecuado para asaltar el gran objetivo del curso, el ascenso de categoría.
Pero la realidad es que el duelo ante la Segoviana ha reforzado a nivel interno, y mucho, al vestuario rojiblanco. Se trata de un doble refuerzo, tanto en lo emocional, viendo el Ruta de la Plata como nunca en liga regular en Tercera División, como en lo deportivo, mostrando una superioridad incontestable ante la Gimnástica Segoviana durante 55 minutos. Una Segoviana que, no hay que olvidarlo, pelea por el liderato y mantiene el bloque que descendió de Segunda División B. Por tanto, un rival como los que se encontrará el Zamora en play off, ni más ni menos.
El reparto de ocasiones en una y otra área fue abrumador a favor del Zamora. Y en el vestuario zamorano lo saben. Son conscientes de que hay cosas que mejorar, pero también saben que generar el torrente de ocasiones que se hicieron a la Segoviana no es fácil, teniendo en cuenta el nivel del equipo que había enfrente. La Segoviana hizo un único disparo entre palos y acabó dentro tras una jugada desafortunada en defensa del Zamora. Además, hizo un segundo disparo a portería, y se marchó por encima de la portería de Jon Villanueva. Por su parte, el Zamora tuvo el remate de Murci solo en el segundo palo al inicio del duelo, el disparo de David Álvarez al lateral de la red, la volea de David Álvarez que sacaba el portero in extremis, el gol de Asiel, el penalti fallado, el disparo al palo corto de David Álvarez que bloca el portero, el palo de David Álvarez en la segunda parte, el disparo de Murci desviado a la media vuelta a pase de Carlos Ramos, o el barullo en el área tras un córner que termina con un disparo mordido de David Álvarez.
Ambos capítulos, el de ocasiones generadas y el de acciones permitidas, hablan bien tanto del sistema defensivo como ofensivo del equipo. Eso sí, en el debe, hay factores a tener en cuenta y a pulir, si se quieren ampliar las opciones de ascenso. Una de ellas es la falta de definición, también acentuada por la buena actuación del meta; otra de ellas es la pérdida de la posesión en la segunda parte, también mediatizado por tres factores: el factor mental del rival que se encuentra con el empate en la primera llegada después de estar sometido, el despliegue físico del Zamora durante casi una hora que pasa factura y el gran debe este año del Zamora, la ausencia de un lateral derecho específico que obliga a los rojiblancos a estar descompensados en esa zona.
En definitiva, que el vestuario del Zamora sabe que restan siete finales en las que no podrán pinchar si quieren tener opciones de acabar campeones. Siete jornadas en las que, sobre el papel, el calendario ante rivales más asequibles será para el Zamora. Aunque a estas alturas no está claro si es preferible medirse a equipos de la zona media que a conjuntos que se encuentran en la agonía de evitar el descenso. Siete jornadas en las que, pase lo que pase, se deberá preparar el gran objetivo del año, el asalto a la Segunda B mediante una o tres eliminatorias.
El vestuario del Zamora, reforzado tras el partido ante la Segoviana
El equipo sabe que el empate es un escaso botín y que se queda corto para las expectativas creadas, pero igualmente entienden que la superioridad demostrada durante los primeros 55 minutos de encuentro con las ocasiones generadas es el camino para llegar a la fase de ascenso con plenas garantías.
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