Según ha informado la Federación, la decisión se ha adoptado atendiendo a dos criterios fundamentales. Por un lado, la desigualdad de condiciones en la que iban a llegar los deportistas, ya que la desescalada es asimétrica en las distintas comunidades autónomas.
Por otro lado, destacan, "ha primado la salud" de los ciudadanos, ya que "como están advirtiendo las autoridades sanitarias, el riesgo de rebrotes será mayor en otoño e invierno, por lo que la celebración de estas pruebas, que en algunos casos reúnen a varios cientos de personas, sólo hace incrementar el riesgo de contagios, a lo que se suman las restrictivas medidas sanitarias que hacen que la mayoría de estas pruebas sean inviables a día de hoy".
El presidente de la RFEC, Ignacio Valle, ha explicado que esta opción es lo "más justo a día de hoy". "La desescalada es distinta en cada autonomía, los deportistas no podrían disputar la prueba en igualdad de condiciones y, tal y como nos advierten las autoridades sanitarias, los riesgos de un rebrote siguen ahí, por lo que no podemos poner en riesgo la salud de las personas", ha zanjado.