“La felicidad no es felicidad si no es compartida”, una frase que lo resume todo. El año 2025 ya asoma la cabeza y, en los últimos días de 2024, es habitual hacer balance de lo vivido. Sinsabores, alegrías, euforia, decepciones… En resumen, múltiples aprendizajes. Para el CB Zamora, 2024 ha sido un año para recordar. Seguro que cuando Saulo Hernández brindó con su familia en la Nochevieja de 2023 nunca imaginó esta situación… o quizás sí, porque no son pocos los entrenadores que llegan a Zamora y destacan a Saulo como ejemplo de trabajo a lo largo de los años.
El CB Zamora comenzó el año en la LEB Plata, la tercera categoría del baloncesto nacional. Era su octavo año en la categoría. La conquista de la Copa LEB Plata dio una pequeña pista de lo que le depararía el futuro a los blanquiazules. Una primera alegría que se vio sacudida meses después, cuando cayeron ante el Cartagena, equipo que terminaría logrando el billete a la Primera FEB. Ese mal trago fue efímero, porque los blanquiazules se sobrepusieron y lograron el ascenso a la segunda categoría nacional en el Ángel Nieto. Algunos jugadores se llevaron las redes de las canastas como recuerdo, otros se bañaron en champán, mientras que Saulo no pudo evitar derramar lágrimas. El CB Zamora era de Primera FEB. El trabajo, la dedicación y la convicción de que llegar alto era posible, se hicieron realidad.
El verano fue arduo para la directiva. El club siguió apostando por sus piezas clave: Powell, Jacob Round, Toni Naspler, Pauksté y Buckingham. Mientras tanto, se incorporaron a la plantilla Jordan Walker, Junior Saintel, Zaid Hearst, Omar Lo, Nikic y Ondrej Hnázlik.
Las semanas veraniegas pasaban y el debut liguero se acercaba. “En verano, mucha gente me decía que habíamos tenido mala suerte, porque esta Primera FEB se convierte en la mejor de los últimos 15 años y que lo vamos a tener complicado para mantenernos. Pero yo lo veo al revés: tenemos suerte de que la ciudad va a poder ver y disfrutar de la mejor liga que se ha visto en España”, subrayó Saulo Hernández el día previo a su estreno ante el Hestia Menorca. Las dudas sobre si los blanquiazules serían capaces de dar la talla en una liga tan competitiva se disiparon pronto. El CB Zamora aplastó al Real Valladolid en un derbi regional eléctrico.
La primera victoria a domicilio llegó ante el TAU Castellón, un equipo que, no hace mucho, desplegaba su baloncesto en la Liga ACB. Los fines de semana en el Ángel Nieto son mágicos. Los zamoranos acuden con sus bufandas, conscientes de que da igual el rival, los jugadores siempre van a dejarse el alma para llevarse los dos puntos. De hecho, solo Obradoiro y San Pablo Burgos han conquistado Zamora. La magia de este CB Zamora también reside en su cercanía con el aficionado. Los jugadores tienden su mano mientras caminan por fuera de la cancha, agradeciendo el empuje de los suyos.
El año 2024 también ha sido el año en el que Saulo Hernández ha hecho historia en el club al convertirse en el técnico con más partidos dirigidos. “Me siento muy querido a nivel personal, en el club y en la ciudad. Es mi ciudad, es mi equipo, llevo toda mi vida aquí, pero me cuesta imaginar a alguien que se sienta más privilegiado y más contento de lo que me siento yo”, apuntó el técnico zamorano en la última rueda de prensa.
Pero el CB Zamora quiere seguir soñando y no se pone límites. Cerrará el año en puestos de play-off, y quién sabe si el nuevo año traerá una oportunidad única. “Es una posibilidad que existe, que cada partido lo trabajamos y luchamos a muerte, y que dependemos de que cada uno haga bien su trabajo”, sostuvo Saulo, quien no quiso desviar la atención sobre el objetivo real: una permanencia que cada vez está más cerca.
En todo caso, el deporte zamorano vive una etapa dorada. La atmósfera que se genera en el Ángel Nieto es única. "Decimos que los zamoranos son muy callados. Yo creo que los zamoranos cuando están con pasión e involucrados con un deporte, se hacen notar", apuntó Saulo como zamorano orgulloso.
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