La medida de la junta directiva de regalar una entrada para el próximo encuentro a cada aficionado que pasase este domingo por taquilla no tuvo especial aceptación. En torno a ochocientos espectadores se acercaron al Ruta de la Plata pese a las inclemencias meteorológicas, donde el viento, la lluvia y el frío hacían mella entre los hinchas. Pese a ello, ilusión en la parroquia local por esa pelea encarnizada que está manteniendo el Zamora para colarse en los puestos de privilegio de la categoría.
Antes de comenzar el encuentro, se guardaba un minuto de silencio en memoria del socio Antonio Martín Salvadores, recientemente fallecido. A partir de ahí, los hinchas dormitaron durante noventa minutos. Tan solo despertaban para protestar alguna pérdida de tiempo descarada del rival o para lamentar las ocasiones del tramo final en las que Sancha y Raly Cabral tuvieron la victoria. Salvo eso, poco ambiente y mucho sopor en un duelo sin sustancia.
Con el pitido final, la afición no reprochó al equipo, pero si ofreció un punto de desinterés por el choque insulso que habían deglutido. En siete días, nueva oportunidad para sumar tres puntos para mantener la pelea con el reforzado Unionistas.