El Zamora CF mueve corazones, mueve sentimientos. En una esquina de El Toralín se situaron los cerca de 500 zamoranos que se desplazaron hasta Ponferrada para aupar a los suyos, un sentimiento emergente que se está inculcando a las nuevas generaciones.
El ascenso a Primera RFEF vino acompañado del nacimiento de la Peña Siempre Amanece AV4, un grupo de personas de todas las edades que se unieron con el objetivo de animar al equipo de su corazón, al equipo de su ciudad. Ver a la poblada hinchada rojiblanca en uno de los estadios más míticos de España como es El Toralín hizo resurgir el orgullo y honor a los colores propios de una ciudad.
Las historias bonitas se viven y se palpan. Ir a animar al equipo de tu ciudad, que tus ídolos te firmen la camiseta, poder fotografiarse con los nuevos fichajes son cosas que, por muy insignificantes que puedan parecer, se valoran. Pobre aquel que prefiera ser de equipos que juegan la Champions League.
Los casi 500 aficionados rojiblancos se lo pasaron pipa en Ponferrada. Los goles de Clavería y Roni llegaron en la portería donde se situaba la hinchada. El mediocentro, nada más marcar el 2-1, se acercó a los suyos para que no perdieran el ánimo. Bufandas al vuelo, banderas desplegadas, todos en pie para animar al Zamora. De hecho, en la grada se vio alguna camiseta de la Cultural y Deportiva Leonesa y eso tiene una explicación. Algunos culturalistas no dudaron en acercarse al estadio para animar al club con el que están hermanados.
El domingo fue una fiesta que no pudo culminarse con una victoria, pero en el recuerdo quedará los sentimientos que se vivieron a lo largo de los 93 minutos. Decepción, lamento, euforia, alegría y muchos suspiros. Pese a que el resultado pudo ser agridulce para algunos, aquel duelo ha creado amistades que perdurarán y eso es que si los zamoranos se caracterizan por algo, es por su amabilidad y buen corazón.
Preciosa fue la imagen de los jugadores rojiblancos acercándose a la parroquia rojiblanca para agradecer su apoyo una vez concluido el duelo. El lateral derecho, Sergio Nieto fue el primero en animar a sus compañeros de equipo a acercarse y enfundarse en un sonoro aplauso junto a su afición, cerando una coreografía perfecta con los brazos en alto. Algunos de los niños que se desplazaron hasta Ponferrada tuvieron la fortuna de recibir la camiseta de sus jugadores. Así, Zamora CF y afición luchan por un objetivo común que es el de la permanencia. La atmósfera que se esta creando es especial, única ye motiva. El resurgir del sentimiento rojibanco, el amor hacia unos colores y el honor por representar una ciudad tan bella.
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