-Al acabar la temporada deja claro que necesitabas unas semanas de descanso para valorar todo, ¿cómo lo ve ahora?
-El año lo mire por donde lo mire es muy bueno aunque sí que es verdad que el final de temporada a nivel deportivo nos quedamos con una sensación de tenerlo tan cerquita que es inevitable tener un puntito de decepción por no haber sido capaces en Valencia de dar un poco más como equipo y como entrenador para traer la eliminatoria más viva a Zamora.
-Pese a todo, el objetivo al inicio de temporada del CB Zamora pasa por la salvación y al final se queda a las puertas del ascenso por la última jugada
-Como entrenador si pudiese volver atrás y elegir si me quiero jugar el pase a una final de LEB Oro con Bobby Harris con el balón en sus manos y delante de nuestro público, sin ninguna duda lo haría. Pero lo bonito del deporte es que no siempre la opción que ves como la más adecuada sale bien, pero Bobby se ganó durante ese partido y todo el año el derecho a equivocarse.
-Ha sido una temporada distinta a causa del COVID-19 y con una plantilla totalmente nueva, ¿cómo afronta el arranque y los primeros meses?
-La temporada ha sido más dura que la sensación transmitida los sábados por varias razones. La primera, a nivel personal venía de una temporada muy difícil con el momento más complicado que me ha tocado vivir y hacía que tuviese, sin querer y en algunos casos injustificado, rechazo a todo lo que había rodeado esa temporada y decidimos hacer borrón y cuenta nueva y traemos un grupo completamente nuevo con una apuesta clara por fuera por un jugador como Malik Maitland que no sale bien. En las primeras semanas y meses recuerdo con mucho orgullo victorias que sacamos en aquel momento porque creo que es lo que nos permitió estar suficientemente vivo para después seguir en la competición con el equipo más ensamblado y conseguir lo que conseguimos, pero las victorias contra Burgos en casa o Ponferrada son de mucho mérito por el momento en el que estamos. A partir de ahí hay una circunstancia clave en el primer parón por ventanas FIBA, donde Malik viene con una lesión en el dedo y tiene que irse a su país a arreglar cuestiones de papeles, nos encontramos que debemos ir al mercado sí o sí y se da la opción de Bobby Harris. Desde el primer día que lo fichamos dijimos que el club había hecho un esfuerzo tremendo para nuestra situación porque queremos dar esa imagen de seguir creciendo y se nos da la opción de juntar a Jeff y Bobby, los hechos nos dieron la razón y contamos con dos de los jugadores más determinantes de la categoría y que nos llevaron donde nos llevaron.
-Durante toda la temporada decía siempre que eran un equipo capaz de ganar a cualquiera y también de perder contra cualquiera, ¿hubo un punto de inflexión con la llegada de Bobby para tener más veteranía?
-Seguro. Lo que más me ha gustado a nivel personal como responsable de un proyecto que lleva muchos años es ver como aficionados y gente que nos sigue es que han podido ver la diferencia entre determinados tipos de jugadores respecto a otros años. Han entendido qué se necesita para intentar aspirar en un futuro ascender a LEB Oro y siempre poníamos el foco en Jeff y Bobby porque no estábamos acostumbrados a ese tipo de veteranía pero se nos olvidaba que muchos jugadores del resto del equipo eran nacidos en este siglo. De ahí podemos entender cómo éramos capaces de ganar a Ourense que ha ascendido, a Navarra que se ha quedado a un triple de ascender y hemos perdido los dos partidos contra Marbella que ha sido el último de la categoría. Eso habla de lo bonita y competida de la liga y de esa irregularidad que teníamos, que probablemente en un equipo más veterano no se ve tanto.
-Es un entrenador de proyectos y de intentar mantener el grupo, ¿cómo se encuentra esa situación en estos momentos?
-Está complicada en el sentido de que hemos hecho una temporada buena para mucha gente en la que jugadores que a lo mejor no habían explotado su potencial aquí lo han hecho. Desde ese punto es complicado pensar que podamos renovar a muchos jugadores, aunque por otro lado el club ha dado un salto y espero que vuelva a darlo este verano tanto en seguimiento como en recursos. A lo mejor, la situación que teníamos otras temporadas de apostar por determinados jugadores, este año si podamos. Me encantaría seguir con buena parte del equipo pero soy plenamente consciente de que nuestras dos principales estrellas como son Jeff y Bobby son prácticamente inalcanzables para poder con ellas otro año.
-¿Este salto ya ha sido suficiente para buscar esta próxima temporada el play-off de nuevo?
-Eso lo va a marcar el verano y los recursos que consigamos. El deporte nos maravilla a todos por muchas razones y una es porque nada está escrito de antemano y siempre hay pie a la sorpresa, alegría o decepción porque alguien que, a priori no debe, gana algo. Pero hay que ser realista y pragmático y, casualmente, el Real Madrid y el FC Barcelona en fútbol y baloncesto ganan entre los dos el 95% de los títulos domésticos que juegan. ¿Por qué? Porque tienen más dinero y eso es igual a mejores jugadores y mejores jugadores, más probabilidades de ganar. Por lo tanto, con lo que consigamos durante el verano entre todas las personas que estamos en el club, los apoyos que consigamos tanto de instituciones privadas como públicas para tener un mayor presupuesto y mejores jugadores más fácil será que en septiembre pueda pensar que el equipo tiene posibilidades reales de ascender a LEB Oro.
-Más allá de Bobby o Jeff ha contado con jugadores como Erikas, Ismael Tamba, Marc… ¿con cuántos jugadores ha hablado para seguir?
-Hemos hablado con cuatro jugadores. Todos nos han transmitido lo contentos que han estado en Zamora pero es muy pronto, al final a estas alturas de la temporada como es normal todos quieren explorar las opciones que puedan tener y más tras una temporada tan buena. Vamos dando los pasos correctos, creo que la sensación con la que los jugadores y sus representantes se han quedado este año con Zamora es positiva. Vamos a ver si tenemos la suerte de conseguir plantearles una oferta lo suficientemente atractiva tanto económica como deportivamente para verlos aquí el año que viene.
-¿Es optimista al respecto?
-Más optimista en algunos que con otros, pero sí. Creo que el club se está ganando un nombre en la categoría, al final desde la completa humildad son cuatro años consecutivos estando bien en el grupo de ascenso o disputando el play-off y nos estamos convirtiendo en uno de los veteranos de la competición. Eso da una sensación de estabilidad y seriedad al proyecto que empieza a notarse con los jugadores y agentes que quieren acercarse a nosotros.
-Siempre tiene varios planes en caso de que alguno no salga, ¿cuántos jugadores tiene en contacto?
-Para eso es muy pronto. La experiencia nos dice que o eres el que tiene más capacidad económica para dar una oferta irrechazable en mayo u hoy en día no tiene sentido porque tiene que pasar un periodo para que los jugadores escuchen las ofertas. Acabamos de terminar la liga así que el mercado ni se ha abierto, lo que es verdad es que la razón para la que hemos contactado para ver si quieren renovar es para mostrarles interés y que nos tengan en cuenta antes de cerrar con nadie. Más allá de eso hablar de algo distinto no procede.
-¿Qué tipo de plantilla querría para el próximo año?
-Si me das a elegir y puedo hacer un equipo ideal cogería una base de jugadores en su punto óptimo de madurez entre 26 y 32 años, con experiencia en LEB Oro y ambición, pero una cosa es que demos pasos en el camino correcto y podamos permitirnos cosas que hace tres años no y otra pensar que somos un club con capacidad de decir ‘quiero esto y esto’ y hacerlo. Ojalá en el verano encontremos apoyos para que esto pase, ahora mismo nos hemos ganado que jugadores jóvenes con proyección como Jacob, Isma o Pierre nos vean como un sitio para progresar y dar un nivel muy alto y sin duda debemos intentar tener jugadores que sepas que su nivel medio va a ser alto para la categoría.
-Más allá del campo, la gente ha demostrado que tiene ganas de baloncesto
-No las pierde. Hemos notado mucho la pandemia porque sigue habiendo mucha gente con miedo, hay gente que desafortunadamente no está con nosotros y no hay que olvidar que Zamora pierde población a pasos agigantados y alguna habría que le gustase ir al baloncesto. Dicho todo esto, el pabellón ha tenido muy buenas entradas en la fase final del año en la que ha habido libertad para ir. Estamos enganchando a mucha gente de nuevo, más que enganchar el cambio que he visto este año es que la gente sentía al equipo, a los jugadores. Los niños han aparecido en los entrenamientos para que les firmasen las camisetas, hicimos las puertas abiertas y vinieron 300 personas. Hay una sensación de identificación que no había otros años y se ha dado un paso adelante muy importante, está en nuestra mano el seguir siendo competitivos y ofrecer buen baloncesto para que esa gente que se ha enganchado no nos deje.
-¿Qué le diría a la afición de cara a la temporada que viene?
-Siempre doy la razón a la afición y si alguien va al último cuarto contra Valencia Basket y te dicen que la de Zamora es una afición muy tranquila y que no se involucra te diría que he estado en otro sitio porque en los cinco minutos finales todo el pabellón estaba de pie. Eso es un público entregado, que se identificaba con lo que pasaba en la pista. Pido a la afición que nos dé lo que considera que debe darnos. Si considera que somos dignos de ir y mostrarnos su compromiso y apoyo, tienen nuestra palabra de que vamos a poner todo lo que tenemos en nuestra mano con mayor o menor acierto.
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