La División de Honor Plata es el objetivo que tiene marcadoeste curso el Balonmano Zamora. Sabiendo que tendrán que pelear en el segundotramo del curso por mantener la categoría, sumar cada fin de semana es algovital para sus aspiraciones con el fin de arrastrar el mayor número de puntosposibles.
Es por eso que la tarde del sábado ha servido al BalonmanoZamora para acabar la semana con las mejores sensaciones. Y es que su visita alIkasa Balonmano Madrid Boadilla era una fecha crucial ya que es un equipoubicado en la zona baja y su principalperseguidor.
El partido empezó del agrado del Rutas del Vino, poniéndosepor delante y manteniendo su ventaja en el luminoso del pabellón madrileño. Elequipo de Margareto solventócualquier problema con una buena puestaen escena de su defensa, dejando en nada los acercamientos locales ygolpeando en ataque. Especialmente a través de Jortos, Cubillas, Guille yAravena, en un duelo marcado por la tendencia coral de los visitantes, mientrasque Jaime Fernández se convirtió en la gran amenaza del Balonmano MadridBoadilla.
La renta zamorana estuvo presente durante toda la primeraparte, llegándose al descanso con un solvente 15-19 que daba alas al conjuntopistacho en su pelea particular. No obstante, el segundo tiempo puso en más aprietosal equipo.
Los de Boadilla apretaron y pusieron en aprietos a unBalonmano Zamora que se encontró con más dudas de las esperadas. Ignacio Salgado y Manuel Holst, junto aJaime Fernández, fueron los grandes culpables de la reacción local, quepoco a poco fue acortando en el marcador hasta ponerse a un gol en el minuto 15,con un 25-26 que dejaba todo por decidir.
Un gol de diferencia que se alargó hasta los tres con buenosgoles de Aravena y Cubillas, peroque el propio Jaime Fernández se encargó de dejar en saco roto con otros dostantos. Tuvo que ser Aravena el que firmase el 29-31 a cinco minutos del final, dando una pequeña bocanada deaire a los suyos para afrontar los últimos compases con cierta seguridad.
Jortos firmó el 29-32 con un buen disparo al palo cortodesde la frontal, obligando al técnico de casa a pedir tiempo muerto parapreparar una estrategia que permitiese a los suyos frenar a un Rutas del Vino que ya se veía con eltriunfo en el bolsillo.
Sin embargo, en la posterior posesión el disparo se marchóalto, pero el Balonmano Zamora también desaprovechó su oportunidad y finalmentese encontró con el 30-32. Además, elgolpe de efecto hizo mella en el equipo, que se vio superado en losinstantes siguientes y el marcador lo reflejó con un escueto 32-33 a falta deminuto y medio por jugarse.
El encuentro se volvió loco en el último minuto, con unaparada del portero local a Jortos, un gol inmediato del Ikasa y finalmente una falta en el último segundo cuandoel marcador reflejaba un 34-34 que no se terminó moviendo al estrellarse eldisparo de castigo en la barrera. Un empate que dejó sin premio a un BalonmanoZamora que dominó durante todo elpartido pero que perdió el hilo en los últimos segundos.