Está siendo uno de los artífices de que al Zamora CF le vaya bien en esta temporada. Uno de los últimos tripulantes en llegar al barco rojiblanco. Juventud, humildad y descaro al servicio del equipo que dirige Juan Sabas. A sus 23 años, Rufo Lucero, dejó Río Cuarto, en la provincia argentina de Córdoba, para perseguir su sueño. Se trataba de su primera experiencia en el fútbol europeo, en el fútbol español.
"Todo tranquilo. Acá estamos disfrutando el día, disfrutando de la ciudad", son las primeras frases del jugador argentino con una sonrisa en la cara.
Es inevitable preguntarle por el empate ante la Cultural y Deportiva Leonesa. Rufo tuvo el último disparo a puerta de los rojiblancos y esa jugada le trae dolores de cabeza. “Una lástima que no pudiera empujar la pelota bien. Genera cierto sabor amargo porque íbamos ganando. Es un punto importante porque jugamos contra el primero en su cancha”, dice.
En esta temporada, los elogios se dirigen a Rufo Lucero. Un jugador que ha encandilado a la afición rojiblanca, que ha caído de pie y se ha adaptado a la perfección al modelo de juego. Llegó cuando el Zamora había disputado sus primeros cuatro partidos, todos ellos acabaron en derrota. Y sus primeros minutos llegaron con el Barça Athletic.
“Uno siempre viene con buenas expectativas y desea que las cosas van de la mejor manera. Es un cambio de país, de cultura, pero el deporte te exige adaptarte rápido y uno se va acostumbrando a eso. Gracias a Dios me encontré con un grupo que me ha ayudado a adaptarme bastante rápido”, apunta Rufo. En Zamora se siente como en casa. “Es una ciudad ‘chica’, que me recuerda mucho de donde yo soy y eso hace que se haga más fácil”.
Esos primeros días fueron complicados. Rufo pasó del invierno argentino al verano español. Este cambio le pasó factura. Además, el equipo “venía con ritmo competitivo”. La actitud positiva de Rufo fue fundamental para que se adaptara en la mayor brevedad al Zamora CF. “Tuve una predisposición buena, con actitud. Esas primeras semanas fueron complicadas, pero luego se hizo fácil”, sostiene.
El trato con Juan Sabas es bueno, un trato de “respeto entre las dos partes”. “Me da indicaciones, me dice qué corregir, aspectos en cuanto a lo profesional y lo futbolístico”, explica. El mes de marzo se avecina con turbulencias: Real Sociedad B, Nástic y Unionistas. “En esta categoría son todos los partidos difíciles, tanto si te toca con uno de los más bajos o de arriba. Cada equipo trae su idea, su impronta y eso hace que todos los partidos sean difíciles”, sostiene Rufo, quien destaca la necesidad de la preparación, concentración y unión del equipo. “Si tenemos esos condimentos, sin duda le vamos a poder competir a lo que venga”, señala.
Y surgió la gran pregunta, ¿qué prefiere Rufo Lucero, jugar de lateral o de extremo? “Yo siempre fui lateral. De chico jugué en esa posición y es mi posición natural y me siento cómodo ahí. Pero siempre fui muy abierto a todo, siempre me gustó experimentar otras posiciones porque te permite ver la cancha de otro lado, todo eso te ayuda y quiero o no, te hace crecer.
De lateral obviamente me siento cómodo porque es mi posición natural, pero le agarré un gusto también a jugar extremo. Estoy abierto a las dos cosas, a lo que venga”, confiesa.
Este Zamora ilusiona a Rufo. “Es inevitable cuando las cosas van yendo de no ilusionarse, de no creer y de no tener esas ganas de por qué no entrar en el playoff”, apunta el argentino. “Siempre fui de soñar”, añade. “Y yo creo que todo se puede dar si uno cree”, prosigue. Pero Rufo mantiene los pies en el suelo, Juan Sabas ha inculcado a sus pupilos de ir semana a semana. “Tenemos fe, comprendemos que podemos”, dice y apunta que lo esencial es “no perder el foco”. “Si lo pierdes te confundes y es lo que nos ha pasado. De estar ahí, de estar cerca de meternos (en play-off) y de repente te pegan una bofetada”, sostiene.
El Rufo Lucero más íntimo
A los 13 años, Rufo Lucero tuvo que hacer las maletas para seguir su sueño de jugar al fútbol. En su propio país, aunque a unos cuantos kilómetros, se despidió de su familia para aventurarse en el fútbol. A sus 23 años reside en Zamora y tiene que ver a su familia a través del teléfono móvil. Confiesa que con sus compañeros de equipo es más tranquilo, “medio activo”, incluso de “pocas palabras”. Luego se suelta y es un joven divertido. “Cuando voy a la tienda del Zamora hablo con Blanca, también me suelto con Aarón Riesco. Busco ver las cosas buenas de lo que va pasando y eso me permite vivir de una manera distinta”, sostiene.
La historia de su fichaje por el Zamora CF es bastante curiosa. Aarón Riesco ya tenía a Rufo en la agenda cuando trabajaba en el Real Oviedo. Rufo se encontraba en esa lista de jugadores del actual director deportivo rojiblanco. “Me siguió desde hace muchos años”, desvela.
“Yo estaba en una situación de que no tenía mucha continuidad en el club que estaba y me escribió por Instagram”, señala el argentino. Jugador y director deportivo intercambiaron mensajes y su fichaje fue una realidad.
Rufo tiene contrato con el Zamora CF hasta final de temporada con una opción de renovación automática que depende de la cantidad de partidos disputados y otras condiciones. Sobre su futuro, el argentino responde: “Si se llega a dar el continuar, se verá, lo hablaré con mi familia. Y si no, bueno, así es el deporte, hay veces que uno arranca y tiene un principio y un fin en todos lados. Está la expectativa de ver qué pasa, de ver lo que Dios permita de acá al futuro”, concluye.
Rufo Lucero, uno de los hombres del momento, el jugador que está en boca de los aficionados rojiblancos, es cercano en la intimidad, con buen pie y entregado como futbolista. Solo se espera tener a Rufo Lucero por muchos años más en Zamora. El tiempo lo dilucirá
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios