La tercera etapa de la Tirreno-Adriático 2018 sirvió a Movistar Team para confirmar el buen momento de forma de su jefe de filas Mikel Landa y, sobre todo, para seguir vislumbrando la eclosión de un talento de nivel mundial como Jaime Rosón.
En una etapa de formato clásica, nada menos que 239 km con final en Trevi y dos subidas durísimas al ‘muro’ de San Tommaso (mil metros finales a casi un 12%, rampas de hasta el 20%), el zamorano se situó entre los mejores del mundo junto a su compañero (6º y 11º) para dar buena respuesta al trabajo de colocación por parte de los Movistar Team, especialmente de Bennati y Amador en la aproximación a los ascensos y de Oliveira en el complicadísimo terreno entre ambas cotas.
El neerlandés Roglic (TLJ) hizo bueno un ataque a mitad del último paso para llevarse el triunfo parcial sobre Adam Yates (MTS) y Benoot (LTS). A 10″ llegaban la gran mayoría de favoritos, diferencia que mantiene más que apretada la general -el top-ten en menos de cuarenta segundos- y deja a Landa y Rosón a 44″ del líder Thomas (SKY), antes de la etapa reina del sábado.
Será otro interminable recorrido de 219 km, con un tremendo ‘serrucho’ en su segunda mitad y remate con los 11 km al 7% del Sassotetto.