El Zamora CF ya está en la final por el ascenso a la Segunda División B donde se verá las caras con la Gimnástica Segoviana. Los rojiblancos se ganaron su plaza en el partido decisivo gracias a la victoria lograda ante el filial del CD Numancia. Esa victoria estuvo fraguada en el trabajo colectivo de un plantel que salvo algunos minutos en la primera mitad no sufrió en exceso ante el filial soriano, que apenas dispuso de lanzamientos a portería.
Pero además del trabajo de equipo, un nombre sobresalió por encima del resto. Rodri Escudero fue el jugador más destacado. Y lo fue después de 190 días sin jugar un partido oficial. Y es que si bien es cierto que el parón por el coronavirus ha hecho a todos los futbolistas vivir una situación sin precedentes en cuanto a inactividad, en el caso de Escudero se une la lesión sufrida el 11 de enero.
Fue en el choque ante el RCD Mallorca cuando el jugador acabó lesionado al romperse un dedo del pie. Desde entonces empezó un trabajo de recuperación que le iba a llevar a reaparecer en el mes de abril. Pero el parón en la liga se lo impidió. Su regreso no pudo ser mejor. Ante el Numancia B Escudero fue un quebradero de cabeza para la defensa soriana, apareciendo por ambas bandas y también como segundo punta, aprovechando las prolongaciones de Rubiato.
En definitiva, el mejor regreso posible con un buen partido redondeado con un gol y una asistencia que contribuyeron a que el Zamora pasara de ronda y a que los rojiblancos estén ya a noventa minutos de su gran objetivo: el ascenso de categoría.
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