La portería del Zamora está tapiada, tiene un muro rocoso que impide que los balones besen las redes haciendo desesperar a sus rivales. Este muro tiene un nombre y es Fermín Sobrón. El guardameta de Baños de Río Tobía en La Rioja está demostrando con credenciales que es un portero más que válido en la Primera RFEF. De hecho, es junto a Oier Olazábal, el portero con menos goles concedidos por partido.
Y eso que Fermín comenzó el curso desde el banquillo. Sabas apostó por Altube para defender el arco rojiblanco. Un portero joven que ha pasado por equipos como el Real Madrid Castilla, Fuenlabrada o Albacete. Sin embargo, todo cambió en la jornada 5. El técnico madrileño quería dar un golpe de timón ante la mala racha y decidió apostar por Fermín como titular, uno de los hombres del ascenso, ídolo de masas y zamorano de acogida. Pese a esa derrota ante el Barça Atlétic, el Zamora experimentó un impulso. Desde ese momento se cosechó tres victorias y un empate en cuatro partidos.
Se dice que la resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse, recuperarse y seguir adelante frente a situaciones adversas y eso es lo que hizo el portero riojano. Nunca dibujó un mal gesto en la cara, solo siguió trabajando para lograr ese ansiado puesto de titular que acabó consiguiendo.
El buen desempeño colectivo ha hecho crecer al equipo. Fermín trasmite confianza. Es un felino bajo palos y en los balones aéreos nada teme para salir como un avión para despejar el esférico con su puño. Sus 1,76 metros no es impedimento para hacerse con todos los balones que vuelan pro alto. Es un portero que maneja los registros, es ágil, con reflejos y capaz de brincar para desviar los balones más altos.
Fermín se ha hecho un nombre en la Primera RFEF, donde compiten un total de 40 equipos divididos en dos grupos. De esos más de 40 porteros, Fermín es protagonista de algunas de las estadísticas que le avalan como el guardameta con menos goles concedidos por partido (0,4). El trono, eso sí, está compartido con Oier Olazábal del Andorra. El meta riojano ha disputado cinco partidos en los que ha dejado la portería a cero en tres ocasiones y tan solo ha concedido dos goles. Solo óscar Urueña, del Barça Atlétic, y Berlanga, de la Gimnástica Segoviana, saben lo que es anotar un gol a Fermín.
Si se profundiza en las estadísticas, Fermín ha realizado 21 paradas, con 4 salvadas de mérito en cada partido. También hay que destacar que recupera una media de 5 balones por partido, unas estadísticas que le aúpan como el portero más determinante de la tercera categoría del fútbol español.
La buena dinámica que atraviesa el Zamora está estrechamente relacionada con el buen estado de forma de Fermín, un portero que traslada el sentir de los aficionados al campo. Celebra cada parada, se divierte y no le teme a nada. Un guerrero que ha deslumbrado a Juan Sabas.