El Ángel Nieto sufrió un asalto, una conquista inesperada. En el lugar donde el CB Zamora es un gigante, se empequeñeció. De hecho, el CB Zamora estuvo irreconocible, acostumbrado a brindar a su público partidos de alta tensión. Este no fue menos, pero no acostumbra el CB Zamora a encadenar errores. Las bajas estadísticas en el rebote, la falta de acierto en momentos puntuales y una defensa que no terminó de endurecerse fueron los factores que declinaron el partido a favor del Tizona Burgos (81-94)
A la tercera fue la vencida, y no porque lo diga el dicho, sino porque Jacob Round lo afirmó así. En el tercer lanzamiento, el CB Zamora inauguró el aro, con tres lanzadores diferentes. El Tizona Burgos ya había probado su canasta, y era el turno de que los blanquiazules rompieran las hostilidades. El inglés firmó los primeros cinco puntos del duelo y asentó a su equipo en la pista. A Saulo Hernández le subió la temperatura corporal después de que su CB Zamora sufriera tantas pérdidas de balón desde la línea. Ni Omar Lo ni Junior Saintel estuvieron acertados ante la presión alta del cuadro burgalés. Sin embargo, los locales lo remediaron pronto con una canasta final que les dio una ligera ventaja en el primer cuarto (28-25).
El Tizona lo solventó de inmediato. El conjunto burgalés cuenta con tan buenos jugadores que es capaz de elevar el ritmo del partido en apenas segundos. Tiene a Pacheco, con su facilidad para desgarrar la defensa; a Keita, un gigante bajo el aro; y, por supuesto, al inspirado Thiam. El marcador favorecía al CB Zamora hasta que Pacheco clavó un triple que enmudeció la grada (40-43). La inercia visitante fue in crescendo hasta irse al descanso mandando en el marcador (44-51).
Si ya la grada estaba encendida con las decisiones arbitrales, más lo estuvo tras el tiempo de descanso. El Tizona Burgos se puso 10 puntos arriba. Y cuando el partido se pone cuesta arriba, el Ángel Nieto entra en ebullición. Pero hubo algo que no cambió: las malas estadísticas en el rebote.
Toni Naspler protagonizó un parcial de 4-0 para mantener a los blanquiazules en la pelea (56-61). Los locales no terminaban de encontrarse, mostrando errores poco comunes y una mala toma de decisiones en algunas fases del encuentro. Jacob Round negó con la cabeza, incrédulo. No podía creerlo el inglés después de que le señalaran una técnica por abrir los brazos en señal de enfado. Había que remar en el último cuarto para rascar un resultado positivo (63-71).
El asalto definitivo no dio buenos síntomas. Powell anotó sus primeros puntos desde la línea de tiro libre. Cuando el base jamaicano no aparece con su electricidad, su equipo lo nota. Más aún cuando falta una pieza fundamental como es Buckingham. Los rebotes siguieron lastrando al CB, mientras que Thiam siguió castigando con su buena mano. La electricidad que tanto caracteriza al CB no terminó llegando. (81-94)