Tras ocho jornadas disputadas, el MMT Seguros todavía no conoce la victoria en la Liga Asobal. Un mal arranque liguero que se traduce en un farolillo rojo con un solo punto, y la permanencia a tres de diferencia. Una permanencia que precisamente marca el próximo rival.
El Balonmano Zamora recibe a un Cangas que sobre el papel es un rival directo en la lucha por la salvación. Bien es cierto que los gallegos suman cuatro puntos gracias a importantes triunfos contra Logroño y Cuenca, lo que ofrece una idea de su potencial, pero el conjunto pistacho ya no puede dejar pasar más oportunidades para empezar a poner en marcha el contador de triunfos en su retorno a la élite del balonmano nacional.
El partido será, por tanto, la primera final de la temporada por la permanencia. Una victoria significaría colocarse a solo un punto de los puestos de tranquilidad, mientras que una derrota se traduciría en ver la salvación a cuatro o cinco puntos con un tercio del campeonato consumido. Una diferencia que sin ser definitiva ni decisiva, sí que sería una losa pesada que levantar en el resto de la temporada.
El vestuario se ha conjurado para hacer un buen partido. El derroche físico y el ímpetu no van a faltar, y solo queda saber si de una vez por todas los jugadores son capaces de rendir al máximo nivel en la hora H y en el día D. El primer paso hacia la permanencia está en juego y llega el momento de que todos los pupilos de García Valiente ofrezcan ese punto más de nivel necesario para conquistar la salvación.
El técnico del MMT tendrá la baja de Guille y la duda hasta última hora del extremo Jaime. Todos los demás jugadores, enrabietados tras una semana difícil, estarán disponibles para una batalla clave. El Balonmano Zamora, históricamente, siempre ha rendido en los momentos decisivos. Este sábado llega uno de ellos y la afición, que seguro no fallará, espera el resurgir de su equipo.