Como un cohete. El CB Zamora volvió a dibujar una sonrisa en los rostros de los asistentes del Ángel Nieto tras lograr su quinta victoria de la temporada. Un balance equilibrado de 5 victorias y 5 derrotas. No hay mejor manera de resurgir y dejar atrás una mala racha que con dos triunfos consecutivos que revitalizan el ánimo del equipo (84-71).
Buena imagen la que dejó el conjunto zamorano, con un tercer cuarto para enmarcar, un Powell inspirado y un Ondraj que destacó con su entrega y lucha. Hace apenas unos meses, tanto el CB Zamora como el CB Morón estaban en el “barro" del baloncesto. Ahora, en la Primera FEB, la liga más competitiva de los últimos 15 años, ambos luchan por mantenerse en la categoría.La fortuna que acompaña a los blanquiazules no está del lado del Morón, que deberá seguir esperando para conocer lo que es ganar en esta categoría.
Con la baja de Saintel, el CB Zamora estuvo impreciso en los primeros compases del partido, con varias acometidas infructuosas. El Morón inauguró el marcador con los dos primeros puntos. Badji fue ajustándose al aro, mientras que Walker anotó los primeros puntos desde la línea de tiro libre. El triple de Ondraj dio la primera ventaja blanquiazul (5-4), pero el conjunto sevillano impuso su envergadura y altura para golpear desde el triple. Norris anotó desde el perímetro y Powell respondió con determinación, sumando otro triple (20-19). La última posesión permitió al CB Zamora afrontar el segundo cuarto con una pequeña ventaja de un punto (22-21).
El ritmo era alto, y la velocidad se impuso sobre las posesiones pacientes. El CB Zamora salía disparado cuando tenía la ocasión, algo que también hacía el Morón, con Marín como director de orquesta en la creación del juego. Powell continuó siendo el referente en ataque con otro triple (33-28), lo que provocó un tiempo muerto solicitado por el técnico visitante, José Antonio Santaella. Sin embargo, la arenga no tuvo el efecto esperado, ya que los blanquiazules siguieron afinados desde el triple, estirando la ventaja a 10 puntos (38-28). El Morón intentó reaccionar apostando por el juego interior, aunque cometió errores individuales. Powell ya acumulaba 13 de los 41 puntos locales. Badji intentaba contagiar su empuje al equipo, pero ahí estaba Jacob Round con su entrega y tesón para completar un 2+1 (48-37).
Sonoro fue el aplauso que se llevó Traoré en su regreso a la cancha después de pasar meses en el dique seco por la rotura del ligamento cruzado. El pívot se emocionó al escuchar cómo el público coreaba su nombre. Al descanso, el marcador reflejaba un 48-40.
El CB Zamora salió impetuoso en el regreso al parqué. Powell continuó haciendo de las suyas: no solo impregnaba de electricidad cada ataque, sino que estaba tan inspirado que prácticamente cada uno de sus lanzamientos encontraba las redes. Pauksté hizo rugir a la grada con un mate de película (58-40). El base jamaicano ya acumulaba 20 de los 62 puntos del conjunto dirigido por Saulo.
Los blanquiazules anularon por completo el ataque del Morón, convirtiéndose en una roca infranqueable que dejó sin respuestas a un equipo sevillano que se fue hundiendo entre su ineficacia y desacierto. El CB Zamora era un auténtico ciclón: desplegó todo su arsenal, presumió de un ataque letal y una defensa agresiva. Fue un tercer cuarto para enmarcar, logrando 28 puntos frente a los escasos 9 del conjunto visitante.
Con 25 puntos de renta, los blanquiazules afrontaron el último cuarto con cierto aire. La gasolina del Morón escaseó. Luchó por limar la desventaja sin éxito y se fue difuminando en el parqué mientras su oponente siguió con el martillo (84-60). Nikic negaba con la cabeza fruto de su insuficiente actuación, no encuentra su juego y el miedo le atenaza. El pleito ya estaba sentenciado. Faltaba menos de un minuto y medio y la jugosa renta era de 18 puntos. Salió Drame para gozar de los últimos minutos. Al final 84-71.
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