Parece que el centrocampista del Zamora Pipi empieza a ver la luz al final de un largo túnel que le ha tenido dos meses y medio fuera de los terrenos de juego. Desde que cayera lesionado el 16 de septiembre en el encuentro frente al Atlético Astorga no ha vuelto a participar con el equipo.
Se trataba de una lesión muscular (rotura en el bíceps muslo izquierdo de grado 1-2) que le iba a tener apartado de los campos alrededor de cinco o seis semanas, pero una recaída en un entrenamiento, según se informaba desde el club, le ha obligado a estar otras cinco semanas más de baja.
Esta semana, tal y como informaba la entidad rojiblanca, Pipi recibía el alta médica. Eso sí, de momento no tiene el alta competitiva, que llegará en los próximos días. Pese a ello, el jugador ya entrena con sus compañeros y se va poco a poco adaptando al ritmo que tiene la plantilla de David Movilla.
No obstante, la presencia del centrocampista en la dinámica de grupo durante las sesiones de entrenamiento y tener ya el alta médica hace prever que salvo nueva recaída Pipi está de vuelta para ayudar al equipo. Una alternativa muy positiva para David Movilla, teniendo en cuenta los minutos que están acumulando Carlos Ramos y Fer en la medular, que lo están jugando casi todo este curso, y la lesión de Juanan que le tendrá más de un mes lejos de la competición.