Una transición rápida dejaba a Dani Martín solo frente al portero, una oportunidad en el minuto dos que el jugador vallisoletano no desaprovechó para firmar el 1-0. Con ese ritmo trepidante comenzaba el partido en La Rosaleda, mostrando a unos blanquiazules que salieron con ganas de comerse al Noia y encarrilar el encuentro lo antes posible.
Sin embargo, los gallegos respondieron en el minuto 11 gracias al tanto de Javi Rangel. Un balón muerto en un saque de esquina que se quedó sobre la línea de gol y que Rangel enganchó antes que el resto para poner las tablas en el marcador. Unos minutos de dominio visitante que obligaron a Chema Sánchez a intentar arreglar lo que se veía sobre la pista, pero no dio sus frutos en los minutos siguientes. Y es que el palo fue mayor para los benaventanos. Un error a la hora de salir jugando desde atrás permitió el robo del esférico en el medio campo, la contra del Noia y el gol de Antonio Diz un minuto después, 1-2 y sensación extraña para un Atlético Benavente que se encontraba acomplejado en su propio campo.
Pirata desde lejos aumentó la ventaja de los coruñeses a falta de dos minutos, lanzando un derechazo desde casi su propio campo que Marcos Vara no pudo detener. Un mazazo antes del descanso que obligaba a los blanquiazules a cambiar la mentalidad en el segundo tiempo.
El Atlético Benavente salió confiado al segundo tiempo, pero Álex Naranjo demostró su calidad con un lanzamiento pegado a la escuadra del palo largo en una rápida jugada de su equipo. 1-4 a los cinco minutos y otro golpe para los benaventanos. Sin embargo, Dani Martín colgó un balón que tocó Pope y acabó entrando en su propia portería, permitiendo a los locales recortar distancias.
Los de La Rosaleda intentaron confeccionar jugadas en posesiones largas, moviendo los defensores rivales y esperando que alguno saltara para abrir espacios. Plan de ataque que tuvo también el Noia, aunque en su caso para dejar menos minutos de ataque a un rival necesitado. La mejor acción llegó, no obstante, con una transición rápida que terminó en un palo de Charlie.
Malaguti volvió a apostar por una jugada sin pausas, yéndose por la banda derecha con un autopase frente al defensor y mandando el balón con un disparo seco a la portería defendida por Álex Pérez. Un 3-4 con seis minutos y medio por delante que hacía soñar al Atlético Benavente.
Las jugadas de ataque empezaron a llevar la firma del Benavente, golpeando una y otra vez y encerrando casi en su propia área al Noia. Si bien en el resto del encuentro en el cuadro coruñés se pudo destacar a cualquier jugador de campo, en este último tramo el más destacado fue un guardameta que salvó varias ocasiones claras que pudieron suponer la vuelta al marcador.
El empate no llegó y el equipo se queda con una victoria y una derrota en los primeros compases de una Segunda División de fútbol sala en la que han demostrado estar preparados para pelear.
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