Era una tarde de expectación en el Ruta de la Plata y acabó siendo una noche de decepción. Visitaba el Ruta de la Plata el todopoderoso Racing de Santander, pero el hecho de que las gradas albergasen la mejor entrada de las últimas tres temporadas generaba cierto optimismo en la grada. Muchos familiares de los componentes de la Escuela del Zamora habían respondido a la llamada del club y la tarde acompañaba en lo meteorológico, por lo que la expectación era alta pese a lo complicado de la situación.
No empezó mal el partido con una primera mitad en la que la afición se congratulaba porque el Racing no había gozado de ninguna ocasión, aunque con la preocupación de que el Zamora tampoco había sido capaz de tirar entre palos en los primeros cuarenta y cinco minutos. Pese a todo, el empate se daba por bueno, visto lo visto hasta la fecha. Pero todo se torció en los primeros instantes de la segunda parte y la sensación que recorrió el estadio era que el partido ya era imposible de levantarlo.
De esta forma, no duró mucho la alegría y la ilusión que irradiaron los jóvenes jugadores y jugadoras de la cantera que posaron al descanso sobre el césped para mostrar el trabajo que está realizando el club también en la base.
Los minutos pasaban y la desesperación se apoderaba de los aficionados. La hinchada terminó hundida por la derrota y el 0-3 final en la última acción del duelo terminó de derrotar a una afición que vuelve a sufrir después de tres temporadas de alegrías. Una afición desesperada que en un pequeño porcentaje silbó al equipo y al técnico al final del duelo, y en su gran mayoría se marcharon con indiferencia empezando a asumir que quizás este año toque otro descenso de categoría.
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