Sin opciones de pelear la batalla y con la guardia baja. El CB Zamora se vio superado por un Monbus Obradoiro (60-90) superior en todas las facetas del juego, el ADN ACB sigue estando latente. Sobresaliente efectividad desde el triple y fortaleza en cada acción. No fue el día de los blanquiazules, ni mucho menos. Con una mala versión merced a un Obradoiro soberbio. Caras largas a final del duelo debido a que los blanquiazules suman su cuarta derrota consecutiva. El conjunto gallego acabó con 32 rebotes defensivos y 90 puntos en los que destacaron Davison (16), Strahinja (12) y Jiménez (14)
La cosa fue de triples. Si Saintel inauguraba el electrónico con un más tres, el Obradoiro respondió con una doble ración de triples. Fue la carta de presentación de un conjunto gallego con la muñeca engrasada desde el principio. Pedía calma Stephen a la grada y la desventaja para los blanquiazules se elevó hasta los 10 puntos(9-19). Se dio media vuelta Saulo mirando a su banquillo para buscar soluciones y salió Pauksté con un caluroso aplauso, pero el Obradoiro siguió martilleando desde el triple. “Es el equipo con más triples anotados, es increible”, comentaban desde la grada ante la sobresaliente puntería que exhibió el Obradoiro. Ondrej dio cierto aire a los suyos con otro más tres (15-26), pero allí estaba Galán para bajar los ánimos (15-29). Es tarea complicada hacer frente a un conjunto que en cada lanzamiento anotaba desde el triple.
Con el 15-34 se dio inició al segundo cuarto esta vez con Powell bajo la dirección de juego. La desventaja se incrementó hasta los 20 puntos y la travesía hacia la montaña se hizo demasiado cuesta arriba. La imagen no estaba siendo buena ni en defensa ni en ataque, los argumentos escasearon y era evidente que el físico de Obradoiro era superior. No acompañó nada, ni la efectividad, ni el rebote, ni la defensa, ni la circulación del balón, nada. Miraba con rostro desencajado Saulo el parqué, las soluciones no llegaban. Saintel pisó la línea, Walker no encontró el faro de la canasta, Omar Lo no pudo imponer su altura y Round sufrió para frenar a Stephens. La sequía fue tal que el CB Zamora tan solo se vio capaz de anotar 6 puntos en este segundo cuarto (21-50).
Mejoró la imagen el CB Zamora tras el paso por los vestuarios. Salió más intenso, más peleón y con tesón para recortar distancias. El juego con Pauksté dio réditro y tras un triple, los blanquiazules recortaron ligeramente la ventaja hasta los 25 puntos (31-56). Buckinham fue el ejemplo personificado de que este equipo no entrega su espada hasta el final. Lo intentó, luchó y siguió tratando de encontrar soluciones, pero a este CB Zamora se le estaba enquistando la ecuación. Más triples de Obradoiro de la mano de Strahinja y la remontada ya se antojaba imposible, si no lo había sido antes(43-71).
La vida siguió igual para Obradoiro, nuevo triple de Lemains, otra canasta de Quintela, de nuevo otro triple Stevic y otro fallo del CB Zamora. Era demasiado frustrante, el partido más difícil a los que se ha enfrentado el CB Zamora hasta el momento por la determinación y el poderío desde el inicio del Obradoiro. El último cuarto fue un mero trámite, el pescado estaba ya vendido y el CB Zamora sumó su cuarta derrota consecutiva sin opciones de pelear la batalla (60-90).