El Zamora CF se ha concentrado en Puebla de Sanabria durante estos últimos días para continuar trabajando su pretemporada. Allí el equipo ha estado siguiendo una rutina que comenzaba desde bien temprano: “Arrancamos a las 7.45 horas de la mañana, a las 8 en punto estamos ya en la sala donde hacemos un poquito de movilidad articular, y salimos a hacer la primera sesión en ayunas”, explica David Movilla.
Tras hora y media de trabajo, el equipo regresa al Parador de Puebla de Sanabria, donde se ha alojado, para una ducha y desayunar todos juntos: “Hacemos normalmente una dinámica grupal antes de la segunda sesión de la mañana, que es en el gimnasio y haciendo trabajo de fuerza y de prevención”, afirma el técnico del conjunto rojiblanco.
Después llega la hora de comer y un par de horas de descanso. Y antes de la tercera sesión suelen hacer otra dinámica hasta que se desplazan al campo municipal andando, y una vez acabada esta, regresan al hotel, cenan y terminan con la tercera dinámica grupal del día. “A eso de las 11 de la noche les dejamos una hora antes de dormir para que jueguen a juegos de mesa o den un paseo, y a las 12 a descansar ya que el día es muy intenso”.
Todo ello está sirviendo para que tanto con los jugadores que ya formaban parte de la plantilla rojiblanca como con los nuevos fichajes de esta temporada “estemos sentando las bases. Nos falta mucho para ser el equipo que pretendemos ser. Pero vamos sentando las bases de cómo queremos que sean nuestras relaciones y nuestros vínculos”.
Según el entrenador, es cierto que “tenemos ya un trabajo avanzado con los jugadores que siguen de la temporada pasada. Los equipos evolucionan o involucionan, y nosotros queremos seguir evolucionando en esas relaciones de calidad, en esos propósitos compartidos, que van a ser la base de alguna manera para cuando llegue la adversidad, cuando lleguen las situaciones comprometidas, pues que el equipo de su mejor versión”.
Movilla señala que están en ello: “De manera lenta y progresiva, sabiendo que todo esto es un proceso, y sabiendo que aunque estamos pasando muchas horas juntos, la verdad es que falta tiempo para desarrollar todo lo que me gustaría. Pero también sé que tenemos unos meses apasionantes por delante, y lo que no nos alcance a hacer aquí en Sanabria, iremos haciéndolo allí en Zamora”.
De cara al primer amistoso que la plantilla rojiblanca jugará esta temporada el sábado 26 de septiembre contra el CD Benavente, localidad a la que se desplazarán directamente desde Sanabria, el bilbaíno lo enfoca “de una manera simple y sencilla, de compenetrarnos un poquito más, y que los jugadores se conozcan más entre ellos, sobre todo esas nuevas incorporaciones”.
Pero el técnico asegura que “todavía estamos en una fase muy prematura para que se vea lo que va a ser el Zamora esta temporada o lo que pretendemos que sea y bueno, pues se trata de acumular minutos, de acumular sensaciones, en una semana tremendamente exigente para el equipo en lo condicional, en lo mental también, y trataremos de que no tengamos ningún tipo de lesión y que todos sigan el desarrollo normal que buscamos”.