El ascenso fulgurante del conjunto pistacho ha hecho que en las últimas temporadas, especialmente las del ascenso a Plata y a Asobal, el Balonmano Zamora haya dominado con claridad muchos partidos y haya podido prescindir del concepto de la remontada. Sin embargo, ya desde la pretemporada, Eduardo García Valiente había advertido que en este estreno en Asobal había que acostumbrarse a ir por detrás en el marcador y que esa situación, lejos de llevar a la resignación, sirviera para apelar a ese apodo de 'guerreros' que muchos dan a estos jugadores para reconvertir la situación en el marcador en una nueva fortaleza.

En el primer partido, Ademar salió en tromba en el Ángel Nieto y logró rápidas ventajas. Sin embargo, mediada la segunda parte, el MMT Seguros dio la vuelta al marcador y se puso con dos tantos de ventaja (25-23). Aunque aquél partido terminó en derrota para los locales, ya demostraron que la capacidad de sobreponerse a los marcadores adversos era uno de las nuevas aptitudes dentro de la fortaleza mental de este grupo.

Una semana más tarde, la primera victoria en Asobal llegó tras una remontada antológica, ya que de los cuatro goles de desventaja ante Aragón al descanso (18-14), se pasó a una defensa increíble que no encajó ningún tanto en 16 minutos para terminar ganando con claridad por siete goles de diferencia.

Ante Anaitasuna fue el Balonmano Zamora el que comandó el marcador durante muchos tramos del partido, incluidos ese parcial siempre relevante del descanso. Pero en los momentos más calientes del partido, los visitantes pusieron contra las cuerdas al Ángel Nieto rozando la victoria que, primero Miranda y después Jortos, hicieron que se quedase en Zamora.

En la segunda visita, esta vez en Puente Genil, el Balonmano Zamora desplegó todo su potencial en la primera parte, pero cuando más felices se las deseaban los de García Valiente, llegó una prolongada pájara al comienzo de la segunda mitad que permitió al conjunto andaluz recuperar la delantera (21-20). Un tiempo muerto clarividente, devolvió a los pistachos a la senda del triunfo y tres goles seguidos de Juárez zanjaron el partido de la exhibició ofensiva.

En la última jornada, Cangas ha sido el encargado de obligar al MMT Seguros a remar contracorriente, ha luchar contra un marcador adverso que llegó a reflejar seis tantos de desventaja durante buena parte de la primera mitad. Pero, nuevamente, los pistacho se aferraron al partido, empatizaron con una afición que abarrotaba el Ángel Nieto y convirtieron cada gol, cada jugada, cada acción, en la clave del encuentro; hasta el éxtasis de las remontadas recuperando tres goles en poco más de un minuto para el definitivo empate a 33.

Quizá haya quien prefiera ganar los partidos como el Barcelona, intratable líder de Asobal, que asusta con sólo enumerar su plantilla y que ya casi nadie recuerda cuándo perdió por última vez en la competición doméstica. Pero cuando se baja la vista al resto de la liga, se percibe con claridad que la capacidad de resistencia al tener en contra el más contundente de los elementos como es el resultado, puede ser una clave para la deseada permanencia.

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