Tarde en familia la que se ha vivido este sábado para el Balonmano Zamora. El calor de la grada se erigió como apoyo fundamental de un encuentro que decidiría la prolongación de la buena racha de un MMT Seguros que sumaba ya tres semanas sin derrotas. El encuentro comenzó con igualdad de fuerzas entre los zamoranos y los burgaleses con un luminoso que no dictaba gran diferencia de tantos.
Ambos conjuntos trataban de imponer su línea de juego pero la férrea defensa de las dos partes dibujaba un derbi autonómico muy igualado que solo rompió la equidad en número de jugadores con la exclusión de Abalós en la mitad del primer tiempo.
El ataque de los zamoranos se hacía efectivo aprovechando las carencias en defensa del Aranda, que se sirvió de las mismas armas que los pistachos para no dejar grandes diferencias en un luminoso que no se separó en más de dos puntos a favor de los locales de cara al descanso 16-14.
Tras la foto de familia y el calor de la afición, comenzaba un segundo tiempo en el que ese apoyo sirvió de talismán para diferenciar un duelo que no daba respiro ni arrojaba luz a una desventaja clara en favor del MMT Seguros. Una diferencia de cinco goles reafirmaba la fuerza ganada en este segundo tiempo pero el Villa de Aranda no se mostró dispuesto a delegar y regresó a la tónica predominante del encuentro alcanzando de nuevo a los pistachos.
El marcador sumaba ya el minuto 40 y las dudas de victoria volvían a diluirse con un 21-20 ante el cual la intensidad de los zamoranos no fue suficiente para zafarse de la defensa de los burgaleses. Encaraban entonces un recta final con un 27-27 a tiempo parado dejando una última opción de ataque para el Balonmano Zamora que, a falta de segundos, terminó en el limbo firmando las tablas y un reparto de puntos que no nubla las opciones de fase de ascenso.
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