Otro año más, y ya van cinco, el Cross Bosque de Valorio fue un éxito en lo organizativo y también en lo deportivo. Alrededor de trescientos deportistas tomaron parte en las cinco salidas programadas: la prueba absoluta, la parte de andarines y las categorías inferiores.
La primera prueba fue la más multitudinaria, con cerca de 130 atletas compitiendo sobre un circuito de siete kilómetros. Marco Ratón tomó la delantera desde los primeros metros y solo Iván Remesal pudo seguir su ritmo. Pese a ello, Ratón, aceleró en el último kilómetro y entró con unos metros de ventaja en la línea de meta. La tercera posición fue para Raúl Vara. Tras él, un sinfín de corredores que fueron entrando en meta hasta la última corredora que paró el cronómetro en 49 minutos.
También los andarines salían casi paralelamente a esta prueba absoluta y cubrían el recorrido de una manera más pausada. Por último, el turno fue para los más pequeños. En función de las categorías, las distancias oscilaban entre los dos kilómetros y los quinientos metros. En este caso, todos los jóvenes atletas recibían medalla como premio a su esfuerzo.
Hay que recordar que la recaudación íntegra de la prueba está destinada a las Fundación Personas, y como cada año, la organización ató todos los cabos para que los atletas pudieran disfrutar con un recorrido bien señalizado y con agua y viandas en la entrada a meta. Lo único mejorable, y no achacable a la organización, el escaso cuidado de los caminos de Valorio. Y es que los atletas se quejaban del poco mantenimiento que poseen y las malas condiciones en los que se encuentran.
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