Todo empezó con un: “Saca a Lorena” desde las gradas del Ángel Nieto. El Zamarat se gustaba en pista y estaba sacando a relucir todo su talento. Las canastas llegaban fácil, la defensa era intensa y el marcador reflejaba una renta de 40 puntos. Ese grito conjunto de “Saca a Lorena” hizo dibujar una sonrisa a Vasconcelos, concentrado en dar órdenes. Fue entonces cuando se giró y llamó a Lorena Sahagún Bernal y Carla Arnés Sánchez, dos canteranas que están en dinámica con el primer equipo y que se han formado en la disciplina naranja.
Las jugadoras esperaban pacientes salir a pista, con los nervios habituales de un debut. Se miraron, se abrazaron y sonrieron juntas, pelos de punta. Salieron al parqué bajo un sonoro aplauso. Allí, en las gradas entre la animosa afición se encontraban amigos y familiares que disfrutaron los últimos cinco minutos del partido con las canteranas en pista. Carla circulaba el balón y Lorena cometía una falta, pero lo mejor estaba por llegar porque tan solo faltaban unos segundos para que el encuentro finalizara y el electrónico marcaba los 98 puntos del Zamarat. Lorena recibió un pase y con decisión penetró a canasta para anotar los 100 puntos, cifra que se consigue por primera vez en esta temporada. Con el 100-45, la bocina sonó y todo el Zamarat se echó a pista arropando a sus ‘niñas’. Lorena fue manteada y Carla recibió decenas de abrazos, es lo que tiene la comunión que ha generado este equipo. Knecevic, como brillante capitana, abrazó a sus ‘polluelos’.
“En el banquillo dije que si llegábamos a los 100 puntos invitaba a la cena”, dijo Davinia Ángel en rueda de prensa. “Y me tocará invitar”, sostuvo con una sonrisa. El parqué del Ángel Nieto se fue llenando, las amigas de ambas jugadoras se echaron a sus brazos. “Va a ser difícil conciliar el sueño”, decían los padres de Lorena desde la grada. “Su padre está orgullosísimo”, prosiguió.
“Estamos muy contentas. Las jugadoras son muy cercanas con nosotras porque venimos a entrenar toda la semana”, apuntaban las dos después de recibir decenas de felicitaciones. Las dos pupilas naranjas que han crecido en el Zamarat han cumplido el sueño de debutar con el primer equipo. Si un termómetro midiera el orgullo y la ilusión, los registros se dispararían. Las jugadoras que representaron a la selección Alevín de Castilla y León, hace cinco y seis años, jamás olvidarán la noche de ayer.