Es un hombre tocado por una varita mágica. Se ha enamorado del baloncesto, y el baloncesto se ha enamorado de él. Saulo Hernández es el hombre del CB Zamora, el capitán de un barco que ha hecho historia al convertirse en el entrenador con más partidos dirigidos en el club, un hombre destinado a dejar huella. De pie, con rostro serio y concentrado, y felicitando a sus jugadores, así se muestra Saulo en sus encuentros. El técnico zamorano ha dirigido 376 partidos, consiguiendo 216 victorias y 2 empates (en las eliminatorias por el ascenso a LEB Oro con Menorca y Benicarló), y sus equipos se acercan a la barrera de los 30.000 puntos.
Saulo tiene algo especial. Cada jugador que aterriza en Zamora se deshace en elogios por su exquisita gestión del banquillo y por la buena mano que tiene para integrar a los nuevos en la cultura zamorana. Además, despedirá el año en su templo, en un Ángel Nieto que le adora y le felicitará la Navidad con un sonoro aplauso. El de Oviedo será su partido número 377 con el deseo de que el casillero de las victorias sume uno.
La historia de Saulo con el banquillo blanquiazul comenzó en 2011, cuando el CB Zamora se encontraba en la Liga EBA, la cuarta categoría del baloncesto nacional. Así comenzó un periplo mágico que aún continúa. Tras tres fases de ascenso en sus primeras cinco temporadas, Saulo logró el primer ascenso de su etapa en la temporada 2015/2016. El ascenso a LEB Oro no iba a ser sencillo; se cocinó a fuego lento mientras el club asentaba sus cimientos. Ocho años después, Zamora explotó de júbilo con el ascenso a LEB Oro, y, cómo no, con Saulo Hernández en el banquillo como director de orquesta. Ahora, el zamorano disfruta de su equipo en la recién denominada Primera FEB, generando una atmósfera imponente en el Ángel Nieto. El CB Zamora se ha ganado el derecho a soñar tras irrumpir como el equipo revelación.
Y es que el “competidor” de Saulo en cuanto a más partidos dirigidos en el banquillo es su padre, Gerardo Hernández, quien detuvo el cronómetro en 372 partidos dirigidos, consiguiendo 212 victorias y más de 30.000 puntos. Todo queda en casa: padre e hijo haciendo historia en el club de su vida y regalando felicidad a los zamoranos.
Una de las características especiales del CB Zamora es que nunca se ha sustituido a un técnico en el transcurso de una temporada. Cada cambio en la dirección deportiva del equipo se ha realizado al final de la campaña, en el periodo de transición de una temporada a otra. Pero hay que tirar de memoria para recordar a un hombre que no fuera Saulo o Gerardo en los banquillos zamoranos. Está claro que la pasión y la devoción se hereda.
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