Desquitarse de la derrota. Estamos con ganas de que llegue el próximo partido y esa victoria que se nos lleva complicando desde la primera jornada. Tenemos ganas de olvidar ese resultado, que a nadie le gusta cuando estás en el otro lado. Hay que buscarle la parte positiva. Lo fácil hubiera sido bajar los brazos con el 0-8 al descanso y sí que nos arrollaron en todos los sentidos, pero hicimos una segunda parte muy digna y nos supimos reponer.
Nivel personal. Me queda mucho, pero las circunstancias requieren que esté, así que voy a estar al máximo de lo que pueda. Físicamente me queda mucho. Llevo solo dos semanas de entrenamientos cuando mis compañeras llevan tres y esa diferencia se nota. Estoy adaptándome a la pista, a la táctica del equipo, pero las sensaciones no son malas. De hecho, creía que iba a ser peor.
Mala dinámica. Son varias cosas las que nos están pasando: la primera es que ‘minuto que no compitas, minuto que encajas un gol’ y la segunda es vernos convencidas de que podemos ganar. Hemos tenido partidos en los que, a pesar de ir perdiendo, hemos llegado al empate, pero sin embargo nos ha faltado ese ‘vamos a por ello’. Quizá la diferencia esté también en la falta de experiencia en la categoría.
Liga dura. Sí que me la imaginaba así de difícil. Yo he jugado varios años en esta categoría y sé que es dura. Hay mucho cambio entre una categoría y otra. Podríamos haber tenido muchos más puntos, porque al final hay partidos en los que has podido ganar y has acabado perdiendo, pero es lo que tiene esta liga.
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