La escuadra de Calvo Coria estuvo sólida en defensa y salvo alguna acción puntual a balón parado apenas tuvo que participar Litos en la portería. Además, los rojiblancos aprovechaban la media presión rival para mantener la posesión sin apuros. Eso sí, una vez que pasaban el centro del campo, el juego trenzado era más difícil de conseguir por el orden de la retaguardia salmantina. Aun así, el Zamora juvenil pudo ampliar la renta en un centro lateral que Dela mando alto en un remate solo en el corazón del área.
Con ese 1-0 se llegaba al descanso. La sensación era que el equipo de Coria manejaba el ritmo del partido y tenía la tranquilidad de ir por delante, pero aún restaban cuarenta y cinco minutos por delante.
Tras el paso por vestuarios, el Zamora volvió a salir con más intensidad que su rival y con ganas de matar el partido. Litos estuvo muy rápido para detener un mano a mano y en la jugada siguiente Diego hacía el segundo para el Zamora tras empujar en boca de gol un pase de la muerte.
Pero a partir de la hora de encuentro el decorado cambió. Las lesiones de Dela y Anto, dos de los mejores del encuentro hasta ese momento, obligaron a Calvo Coria a realizar dos cambios; el segundo de ellos sacando al portero suplente de delantero centro ante la ausencia de jugadores en el banquillo. El Béjar aprovechó esa circunstancia para apretar en la última media hora y acortar distancias en el minuto 68. Pero hasta el final, los rojiblancos supieron sufrir y lograron tres puntos de oro para seguir creciendo como equipo.