Decía David Movilla que el título apenas se iba a celebrar. Noventa segundos por los noventa puntos conseguidos, advertía el técnico, que suprimió cualquier tipo de celebración en forma de camisetas conmemorativas. Dicho y hecho. Además, la lesión de Sergio García también enfrió ligeramente el ambiente, por lo que las celebraciones fueron escasas.
Sobre el césped, la única celebración se limitó a una foto de grupo con el gesto del número uno del dedo, indicando la posición que ocupa el Zamora en la tabla al final de la liga regular. Después, un gesto que significaba una dedicatoria a Sergio García, a quien se daba ánimos.
Ya en el vestuario la celebración también fue corta. La tensión se expulsó entontando tan solo una vez el célebre ‘campeones, campeones’, posteriormente cantando una canción compuesta por los propios jugadores pensada expresamente para el play off, y al final con el grito de ‘guerra’ con el que se conjura el equipo antes de cada partido.
Tras eso, finalizaba la celebración antes de que este lunes los jugadores empiecen a pensar en una fase de ascenso en la que hay depositadas todas las esperanzas del club y de la afición.