¿Cómo se presenta la nueva temporada?

Con mucha ilusión. Es cierto que físicamente no estoy al mejor nivel porque en las últimas semanas de la temporada pasada me lesioné y he estado casi todo el verano recuperándome. Ahora, con la ayuda de Agapito Sánchez y de Pedro Lucas (cuerpo médico del Zamora CF) estoy dejando atrás  la fisura por estrés que sufrí en el peroné y estoy comenzando a ponerme en forma. Tanto Agapito como Pedro Lucas han llegado a la conclusión de que esa lesión se produjo por el sobre entrenamiento que practiqué el año pasado empujado por las ganas, y también por un pequeño defecto en la pisada. Espero que ambas cosas se corrijan en esta nueva campaña.

¿Llegará a tiempo para las pruebas físicas de agosto?

Quizás sea algo precipitado. Estamos trabajando para estar con el resto de árbitros en Santander a principios de agosto, pero no vamos a arriesgar. Si estoy al cien por cien acudiré a realizar las pruebas; y si no estoy bien, esperaré a la repesca de septiembre aunque eso implique perderme alguna designación de las primeras jornadas.

Para ser árbitro de este nivel, ¿es necesaria una buena preparación física?

Evidentemente. Pero en esta y en todas las categorías. Se puede decir que los árbitros también debemos ser atletas o deportistas como lo son los propios futbolistas. De hecho tenemos también una exigente pretemporada que empieza antes que la de los equipos y tenemos que ‘examinarnos’ para demostrar que llegamos bien al inicio de liga. Además, también hay que tener una preparación mental y ahí agradezco el esfuerzo de la gente que me rodea y que siempre me ayuda en todo lo que necesito, ya sea familia, amigos o compañeros árbitros.

¿Cómo se prepara un árbitro para un inicio de liga?

Sobre todo, y como he comentado antes, tienes que estar muy bien físicamente. En las pruebas arbitrales de agosto se nos exige eso desde el Comité de Árbitros. Además, durante esos días también nos preparamos en el apartado técnico por si hubiera alguna modificación en la reglamentación o si hubiera que unificar criterios al respecto de diferentes situaciones que se dan en los partidos. Al margen, evidentemente, de arbitrar encuentros de pretemporada de los equipos que pertenecen a tu provincia o comunidad. No dejamos de ser  como los futbolistas en el sentido de que la mejor preparación y más real es la de estar en una situación de partido.

¿Cómo valora su debut el año pasado en la categoría?

Pues fue realmente ilusionante. Hay que partir de la base de que soy un apasionado del arbitraje y disfruto arbitrando. Yo arbitro porque me encanta esto y por ello, poder dirigir encuentros en una categoría ya tan importante como la Segunda B o ir de cuarto árbitro a campos de Segunda División el año pasado como Riazor o El Molinón es precioso. Además, este año también podrán designarme de cuarto árbitro a partidos de Primera, así que afronto la temporada con una ilusión y una motivación extra.

¿Cuántos encuentros dirigió el año pasado?

Pité doce encuentros en Segunda B, aunque debería haber pitado trece. El motivo de quedarme con uno menos fue la lesión que ya he comentado que me obligó a perderme el último partido. Aun así, estoy satisfecho con la temporada y terminé en la mitad de la tabla de los 120 árbitros que componemos la categoría. Es evidentemente que tengo aspectos que mejorar y un árbitro es el primero que cuando acaba un partido sabe si ha estado bien o si se le ha complicado el duelo. Yo soy autoexigente y aunque la experiencia y la valoración es buena en general, espero seguir creciendo como árbitro.

¿Cuál es su aspiración?

Soy de los que opina que todas las personas en su trabajo deben aspirar a lo máximo. En mi caso yo aspiro a ascender a Segunda División y luego a Primera. Es evidente que es tremendamente complicado pero las personas deben plantearse retos importantes. Sé que es difícil pero también lo era pasar de arbitrar en Fuentespreadas, por ejemplo, a estar en Riazor cinco años después formando parte del equipo arbitral.

¿Cómo asciende de categoría un árbitro?

Pues siendo el mejor cada año. Para ascender de Provincial a Regional debes ser el mejor de tu provincia. Para ascender a Tercera debes ser el mejor de Regional, y para ascender a Segunda B debes ser el mejor en Tercera. En todos estos casos, los mejores árbitros que hayan designado los colegios se reúnen a final de temporada, pasan unas pruebas y los mejores ascienden. A partir de Segunda B la situación cambia. Los ascensos se miden únicamente por los informadores arbitrales que te hacen informes en cada encuentro que arbitras. Al final de temporada, con la puntuación de esos informes se genera una clasificación y suben los primeros.

¿Puede un árbitro elegir en Segunda B a sus asistentes?

De los dos asistentes que llevamos a los partidos, uno siempre es el mismo y el otro va rotando. Esta temporada hay seis árbitros y seis asistentes de Castilla y León en Segunda B así que el Comité te asigna un asistente de la categoría y de tu región. El segundo asistente va rotando y llega desde Tercera o desde Preferente. Como curiosidad y como dato que me agrada, decir que el asistente que estuvo conmigo la temporada pasada ha logrado el ascenso a Segunda División A.

¿Cómo está el arbitraje en Zamora?

Todo es mejorable pero hay mucha gente joven y eso siempre es importante. Aun así, yo animo a todos los jóvenes que prueben el arbitraje y que sueñen con llegar algún día a ser árbitro de Primera División. Es complicado pero con trabajo y pasión se pueden dar pasos en esa dirección.

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