Así se denomina a la modalidad de escalada sin cuerda de bloques de roca de entre 3 y 6 metros de altura, con la protección de colchonetas y de los porteos de los propios compañeros.
Estas salidas permiten a los alumnos poner en práctica lo aprendido en la escuela de escalada en contacto directo con el medio natural en un ambiente de compañerismo. Además se pretende que poco a poco vayan cogiendo autonomía para escalar en otros entornos diferentes al rocódromo.
Esta zona de escalada se sitúa en la parte alta de Valorio, del otro lado de las vías del tren. Desde hace más de tres décadas, los zamoranos pioneros en la escalada empezaron a practicar en esta zona y pronto se convirtió en el lugar de entrenamiento de todos los amantes de la escalada hasta que aparecieron las primeras salas de boulder.
Aun así hoy en día es habitual ver a algún escalador practicar su deporte en estos afloramientos rocosos. La calidad de la roca en general no es muy buena pero con el paso de los escaladores se han ido saneando y permite escalar en un entorno agradable y muy accesible.
Foto: Manuel Poves
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